Por Harley Pinon
En varias oportunidades en mi vida me han preguntado, “¿Qué les ocurre a aquellos en África que nunca han oído el evangelio? ¿Se perderán? ¿Irán al infierno1? ¿Es eso justo?” No estoy siempre seguro del porqué la pregunta es formulada, pero esto no viene al caso. Es una pregunta que molesta a mucha gente. Para su consideración, propongo lo siguiente:
1 [Al Maxey tiene un muy interesante debate con otro predicador de la Iglesia de Cristo sobre lo que se trata el infierno. Si está interesado, usted puede hacer clic aquí para una muy interesante discusión de dos puntos de vista muy diferentes del infierno. ¿Qué acerca del Infierno?]
Creo que hay dos pasajes que vienen a mi mente cuando considero el tema que estamos tratando:
En Lucas 12: 47-48 NVI leemos: “El siervo que conoce la voluntad de su señor, y no se prepara para cumplirla, recibirá muchos golpes. {48}”En cambio el que no la conoce, y hace algo que merezca castigo, recibirá pocos golpes. A todo el que se le ha dado mucho, se le exigirá mucho; y al que se le ha confiado mucho, se le pedirá aún mucho más”.
El segundo pasaje es Rom 2:11-16 VRV: (11) “Porque no hay acepción de personas para con Dios. (12) Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados; (13) porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados. (14) Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, (15) mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos, (16) en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio”.
Encuentro ambas de estas Escrituras que son muy desafiantes, y sé que llenan a muchas personas de consternación. Algunos saltan precipitadamente la conclusión de que si este es el caso, sería mejor no mandar fuera a misioneros porque entonces las personas tendrán más por responder.
En el pasaje en Lucas, el Señor no dice que ellos no serán golpeados en absoluto, sino que más bien serán castigados con pocos golpes. Eso suena como a algo que no quiero, pero no es lo peor que podría obtener por cualquier medio.
El pasaje en Romanos es un reto aún mayor, especialmente mientras bajamos al capítulo 2:25-29 VRV, donde se lee: “Pues en verdad la circuncisión aprovecha, si guardas la ley; pero si eres transgresor de la ley, tu circuncisión viene a ser incircuncisión. (26) Si, pues, el incircunciso guardare las ordenanzas de la ley, ¿no será tenida su incircuncisión como circuncisión? (27) Y el que físicamente es incircunciso, pero guarda perfectamente la ley, te condenará a ti, que con la letra de la ley y con la circuncisión eres transgresor de la ley. (28) Pues no es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne; (29) sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios”.
Estoy desafiado por esta conclusión de Romanos 2. ¿Qué si revisamos este verso: Rom 2:16?: “En el día cuando Dios juzgará los secretos de hombres por Jesucristo, según mi evangelio”. Tal vez lo dejamos como está. Permitamos a Dios ser Dios, y que Él arregle esto como lo desee. El otro verdadero reto es esta declaración en Romanos 2:26 “por tanto, si un hombre incircunciso guarda los requisitos justos de la ley, ¿no hará que su no circuncisión sea contada como circuncisión?”
Ahora algunos dirán, pero la circuncisión no tiene nada que hacer con nosotros puesto que debemos ser bautizados. Ya que es verdad que debemos ser bautizados, consideremos un tercer pasaje: (Col 2:11-12 NVRJ) “En él ustedes fueron también circuncidados con la circuncisión hecha sin manos, desvistiéndonos del cuerpo de los pecados de la carne, por la circuncisión de Cristo, {12} sepultados con él en el bautismo, en el cual ustedes también fueron resucitados con él a través de la fe en la operación de Dios, quien le resucitó de entre los muertos”.
¿Cuál es mi conclusión?
1) Voy a dejar el juicio final en manos de Dios.
2) Es la voluntad de Dios que prediquemos el evangelio a toda criatura. Marcos 16:15 NVRJ, leemos: Y él les dijo, “Vayan a todo el mundo y prediquen el evangelio a toda criatura”.
3) Pablo extiende la esperanza de un Dios compasivo a aquellos que han vivido una buena vida sin el beneficio de saber la verdad del evangelio.
¿Y luego una pregunta final? ¿Cuán bueno hubiera yo sido sin una Biblia y sin padres Piadosos? Todavía necesitamos enseñar y alentar a otros. Estoy convencido de que eso hará posible una vida mucho mejor para ellos. Entretanto, lo que podemos hacer todos nosotros es dejar de “jugar a Dios” decidiendo lo que va a suceder a las personas en situaciones diferentes. Encuentro Lucas 12:48 que es un reto muy aleccionador: “Mas el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco; porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá”. Cuando pienso acerca de todo lo que tengo en términos de Biblias, autos, teléfonos, computadoras, y la lista sigue, tengo mucho para lo cual dar cuenta.
En varias oportunidades en mi vida me han preguntado, “¿Qué les ocurre a aquellos en África que nunca han oído el evangelio? ¿Se perderán? ¿Irán al infierno1? ¿Es eso justo?” No estoy siempre seguro del porqué la pregunta es formulada, pero esto no viene al caso. Es una pregunta que molesta a mucha gente. Para su consideración, propongo lo siguiente:
1 [Al Maxey tiene un muy interesante debate con otro predicador de la Iglesia de Cristo sobre lo que se trata el infierno. Si está interesado, usted puede hacer clic aquí para una muy interesante discusión de dos puntos de vista muy diferentes del infierno. ¿Qué acerca del Infierno?]
Creo que hay dos pasajes que vienen a mi mente cuando considero el tema que estamos tratando:
En Lucas 12: 47-48 NVI leemos: “El siervo que conoce la voluntad de su señor, y no se prepara para cumplirla, recibirá muchos golpes. {48}”En cambio el que no la conoce, y hace algo que merezca castigo, recibirá pocos golpes. A todo el que se le ha dado mucho, se le exigirá mucho; y al que se le ha confiado mucho, se le pedirá aún mucho más”.
El segundo pasaje es Rom 2:11-16 VRV: (11) “Porque no hay acepción de personas para con Dios. (12) Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados; (13) porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados. (14) Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, (15) mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos, (16) en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio”.
Encuentro ambas de estas Escrituras que son muy desafiantes, y sé que llenan a muchas personas de consternación. Algunos saltan precipitadamente la conclusión de que si este es el caso, sería mejor no mandar fuera a misioneros porque entonces las personas tendrán más por responder.
En el pasaje en Lucas, el Señor no dice que ellos no serán golpeados en absoluto, sino que más bien serán castigados con pocos golpes. Eso suena como a algo que no quiero, pero no es lo peor que podría obtener por cualquier medio.
El pasaje en Romanos es un reto aún mayor, especialmente mientras bajamos al capítulo 2:25-29 VRV, donde se lee: “Pues en verdad la circuncisión aprovecha, si guardas la ley; pero si eres transgresor de la ley, tu circuncisión viene a ser incircuncisión. (26) Si, pues, el incircunciso guardare las ordenanzas de la ley, ¿no será tenida su incircuncisión como circuncisión? (27) Y el que físicamente es incircunciso, pero guarda perfectamente la ley, te condenará a ti, que con la letra de la ley y con la circuncisión eres transgresor de la ley. (28) Pues no es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne; (29) sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios”.
Estoy desafiado por esta conclusión de Romanos 2. ¿Qué si revisamos este verso: Rom 2:16?: “En el día cuando Dios juzgará los secretos de hombres por Jesucristo, según mi evangelio”. Tal vez lo dejamos como está. Permitamos a Dios ser Dios, y que Él arregle esto como lo desee. El otro verdadero reto es esta declaración en Romanos 2:26 “por tanto, si un hombre incircunciso guarda los requisitos justos de la ley, ¿no hará que su no circuncisión sea contada como circuncisión?”
Ahora algunos dirán, pero la circuncisión no tiene nada que hacer con nosotros puesto que debemos ser bautizados. Ya que es verdad que debemos ser bautizados, consideremos un tercer pasaje: (Col 2:11-12 NVRJ) “En él ustedes fueron también circuncidados con la circuncisión hecha sin manos, desvistiéndonos del cuerpo de los pecados de la carne, por la circuncisión de Cristo, {12} sepultados con él en el bautismo, en el cual ustedes también fueron resucitados con él a través de la fe en la operación de Dios, quien le resucitó de entre los muertos”.
¿Cuál es mi conclusión?
1) Voy a dejar el juicio final en manos de Dios.
2) Es la voluntad de Dios que prediquemos el evangelio a toda criatura. Marcos 16:15 NVRJ, leemos: Y él les dijo, “Vayan a todo el mundo y prediquen el evangelio a toda criatura”.
3) Pablo extiende la esperanza de un Dios compasivo a aquellos que han vivido una buena vida sin el beneficio de saber la verdad del evangelio.
¿Y luego una pregunta final? ¿Cuán bueno hubiera yo sido sin una Biblia y sin padres Piadosos? Todavía necesitamos enseñar y alentar a otros. Estoy convencido de que eso hará posible una vida mucho mejor para ellos. Entretanto, lo que podemos hacer todos nosotros es dejar de “jugar a Dios” decidiendo lo que va a suceder a las personas en situaciones diferentes. Encuentro Lucas 12:48 que es un reto muy aleccionador: “Mas el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco; porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá”. Cuando pienso acerca de todo lo que tengo en términos de Biblias, autos, teléfonos, computadoras, y la lista sigue, tengo mucho para lo cual dar cuenta.