Por Sir. Tony Buzzard (M.Th)
En un artículo (Discernimiento, Mayo / Junio de 1999, PO Box 129, Lapeer, MI 48446), un escritor comentó sobre los peligros de un enfoque gnóstico de la salvación y la Escritura, en la actualidad abrazado en algunos círculos “carismáticos” . El punto del autor es que aquellos que dependen en gran medida en la “experiencia” se entregan a la subjetividad y el sentimiento personal incontrolado por el texto de la Escritura. Tienen fe en su propia experiencia más bien que en las promesas de Dios.
Por “gnósticos” se entiende una forma de religiosidad popular que se originó en los tiempos del Nuevo Testamento y probablemente antes. Algunos “gnósticos” afirmaron ser cristianos, y otros cristianos que se oponían a ellos veían los peligros de su enfoque alegórico y filosófico de la Biblia. El gnosticismo era una mezcla de espiritualidad popular, neoplatonismo y misticismo oriental, la producción de un atractiva “sopa” diseñada para satisfacer el hambre espiritual humana. Los “cristianos” gnósticos simplemente añadieron el nombre de Jesús y de Cristo a su variedad de enseñanzas, esencialmente paganas, y el resultado parecía, para el menos instruido, estar cerca de la fe del Nuevo Testamento. Los escritores de la Biblia a menudo peleaban contra las técnicas falsificadas de los gnósticos.
El autor, John Marston, quien reflexiona sobre las actuales tendencias gnósticas (y hay varios prominentes escritores que también ven paralelos en el cristianismo contemporáneo), señala que una característica gnóstica es el hecho de no tomar las palabras sencillas a su valor nominal. Esta tendencia ha provocado la ruptura que divide a los cristianos amileniales de los premileniales. Hay mucha verdad en esta observación. La lectura literal y natural de las palabras de la Biblia es la primera opción para el estudiante sabio. Por ejemplo, el sustantivo “resurrección” en el Nuevo Testamento se encuentra unas 40 veces en el sentido de la resurrección de los muertos a la vida, literalmente hablando, ya sea en el caso de Jesús (el único aún que ha sido resucitado inmortal) o de los fieles de todas las edades para el regreso de Jesús a la tierra (véase I Cor. 15:23). Por tanto, sería un grave error de interpretación de la verdad que en Apocalipsis 20:5 el sustantivo ‘resurrección’ no pueda significar la resurrección de los muertos, literalmente hablando. Sin embargo, esta es la grave debilidad del amilenialismo. El amilenialismo propone que Satanás ya ha sido “atado para que no pueda engañar más a las naciones” (Apocalipsis 20:3) y que la resurrección de los muertos mencionada en Apocalipsis 20:5: significa la resurrección figurativa de una persona no literalmente muerta, sino muerta en el pecado. Esta “resurrección”, enseña el amilenialismo, sucede al individuo cuando él o ella se convierte. El Premilenarismo dice que no. El sustantivo ‘Resurrección’ debe significar lo que significa en algunos otros 40 pasajes significan- la real venida a la vida de una persona que ha muerto, literalmente hablando.
Si alguno de nuestros lectores está en duda en este punto, debe consultar, no sólo el sentido normal del sustantivo ‘resurrección’, (que nunca se refiere a la conversión), sino el contexto inmediato en Apocalipsis 20:1-6. Aquí leemos palabras claras, una información clara como el cristal: “Aquellas personas que habían sido decapitadas volvieron a la vida … Esta es la primera resurrección.” Sería un error increíble argumentar que “la venida a la vida” de nuevo de “los que habían sido decapitados “significa otra cosa que lo que dice: Los muertos, literalmente, volvieron a la vida. Tal es la gran ventaja de la comprensión premilenial de este pasaje. Toma las palabras a su valor normal, a su valor nominal natural.
Las tendencias gnósticas se encuentran hoy también en la creencia generalizada de que el hombre es una criatura bipartita con cuerpo y alma inmortal y que su “alma” se aparta conscientemente al cielo o al infierno en el momento de la muerte. Así, escuchamos a menudo que tal o cual “ha ido a casa para estar con Jesús en el cielo.” Agradable como pudiera parecer tal punto de vista, no tiene base bíblica. Si queremos captar la visión bíblica de la vida después de la muerte, I Tesalonicenses 4 es uno de los muchos pasajes que se establece con toda claridad. Después de describir cómo Jesús murió y resucitó “, Pablo dice que los cristianos muertos se levantarán de la muerte en el futuro. Cuando Cristo regrese, Pablo enseñó, los muertos, que él dice que ahora duermen, se despertarán de su sueño (la palabra “levantar” es la misma en griego que la palabra “despertar”), y serán arrebatados para recibir al Señor en el aire y “así llegaremos a estar siempre con el Señor.”
¿Captó usted eso? “Así estaremos siempre con el Señor.” De esta manera – por este proceso de ser despertados por la futura venida de Jesús – entraremos en la presencia de Cristo. Por ningún otro medio. Haga una pausa y reflexione. Si es posible estar “con Cristo” antes de la resurrección, Pablo habría estado errado al decir “De esta manera estaremos siempre con el Señor.” Las palabras de Pablo, junto con las palabras de Jesús en Juan 5:28, 29 y Daniel 12:2, nos dice con toda claridad que los muertos duermen hasta el día de la resurrección. Cuando se levanten finalmente de la muerte (despertados del sueño de la muerte) ellos entrarán en la presencia de Cristo y estarán con él para siempre. Por la resurrección sólo, y no por la supervivencia como un “espíritu inmortal”, seremos conducidos a la presencia de Cristo por primera vez, cuando Jesús regrese para inaugurar su Reino en la tierra (Mateo 5:5; Rev . 5:10).
Las tendencias gnósticas, como hemos visto, afectaron otras grandes doctrinas cristianas populares. Orígenes (fallecido en 254 d. C.) fue un teólogo de mente filosófica cuyo tratamiento alegórico de la Biblia le llevó a buscar significados ocultos llamados “espirituales”, que no eran sino la invención de su propia imaginación.
Muchos creyentes están muy inadvertidos que es la enseñanza de la mentalidad mística de Orígenes acerca de la procreación “eterna del Hijo”, que ayudó a desarrollar la enseñanza ya famosa de que Jesús es co-igual y co-eterno con el Padre. Instamos enérgicamente a que los estudiantes de la Biblia que están en la busqueda de la Verdad salvífica a que examinen las raíces de algunas de sus enseñanzas históricas centrales. ¿Realmente vienen de la Biblia, o más bien de las fuertes tendencias filosóficas y gnósticas que invadieron la iglesia poco después de la muerte de los apóstoles? Pablo nos advirtió, pero hemos hecho caso? (Hechos 20:28-31; II Tim 4:01 ss.)
www.elevangeliodelreino.org
En un artículo (Discernimiento, Mayo / Junio de 1999, PO Box 129, Lapeer, MI 48446), un escritor comentó sobre los peligros de un enfoque gnóstico de la salvación y la Escritura, en la actualidad abrazado en algunos círculos “carismáticos” . El punto del autor es que aquellos que dependen en gran medida en la “experiencia” se entregan a la subjetividad y el sentimiento personal incontrolado por el texto de la Escritura. Tienen fe en su propia experiencia más bien que en las promesas de Dios.
Por “gnósticos” se entiende una forma de religiosidad popular que se originó en los tiempos del Nuevo Testamento y probablemente antes. Algunos “gnósticos” afirmaron ser cristianos, y otros cristianos que se oponían a ellos veían los peligros de su enfoque alegórico y filosófico de la Biblia. El gnosticismo era una mezcla de espiritualidad popular, neoplatonismo y misticismo oriental, la producción de un atractiva “sopa” diseñada para satisfacer el hambre espiritual humana. Los “cristianos” gnósticos simplemente añadieron el nombre de Jesús y de Cristo a su variedad de enseñanzas, esencialmente paganas, y el resultado parecía, para el menos instruido, estar cerca de la fe del Nuevo Testamento. Los escritores de la Biblia a menudo peleaban contra las técnicas falsificadas de los gnósticos.
El autor, John Marston, quien reflexiona sobre las actuales tendencias gnósticas (y hay varios prominentes escritores que también ven paralelos en el cristianismo contemporáneo), señala que una característica gnóstica es el hecho de no tomar las palabras sencillas a su valor nominal. Esta tendencia ha provocado la ruptura que divide a los cristianos amileniales de los premileniales. Hay mucha verdad en esta observación. La lectura literal y natural de las palabras de la Biblia es la primera opción para el estudiante sabio. Por ejemplo, el sustantivo “resurrección” en el Nuevo Testamento se encuentra unas 40 veces en el sentido de la resurrección de los muertos a la vida, literalmente hablando, ya sea en el caso de Jesús (el único aún que ha sido resucitado inmortal) o de los fieles de todas las edades para el regreso de Jesús a la tierra (véase I Cor. 15:23). Por tanto, sería un grave error de interpretación de la verdad que en Apocalipsis 20:5 el sustantivo ‘resurrección’ no pueda significar la resurrección de los muertos, literalmente hablando. Sin embargo, esta es la grave debilidad del amilenialismo. El amilenialismo propone que Satanás ya ha sido “atado para que no pueda engañar más a las naciones” (Apocalipsis 20:3) y que la resurrección de los muertos mencionada en Apocalipsis 20:5: significa la resurrección figurativa de una persona no literalmente muerta, sino muerta en el pecado. Esta “resurrección”, enseña el amilenialismo, sucede al individuo cuando él o ella se convierte. El Premilenarismo dice que no. El sustantivo ‘Resurrección’ debe significar lo que significa en algunos otros 40 pasajes significan- la real venida a la vida de una persona que ha muerto, literalmente hablando.
Si alguno de nuestros lectores está en duda en este punto, debe consultar, no sólo el sentido normal del sustantivo ‘resurrección’, (que nunca se refiere a la conversión), sino el contexto inmediato en Apocalipsis 20:1-6. Aquí leemos palabras claras, una información clara como el cristal: “Aquellas personas que habían sido decapitadas volvieron a la vida … Esta es la primera resurrección.” Sería un error increíble argumentar que “la venida a la vida” de nuevo de “los que habían sido decapitados “significa otra cosa que lo que dice: Los muertos, literalmente, volvieron a la vida. Tal es la gran ventaja de la comprensión premilenial de este pasaje. Toma las palabras a su valor normal, a su valor nominal natural.
Las tendencias gnósticas se encuentran hoy también en la creencia generalizada de que el hombre es una criatura bipartita con cuerpo y alma inmortal y que su “alma” se aparta conscientemente al cielo o al infierno en el momento de la muerte. Así, escuchamos a menudo que tal o cual “ha ido a casa para estar con Jesús en el cielo.” Agradable como pudiera parecer tal punto de vista, no tiene base bíblica. Si queremos captar la visión bíblica de la vida después de la muerte, I Tesalonicenses 4 es uno de los muchos pasajes que se establece con toda claridad. Después de describir cómo Jesús murió y resucitó “, Pablo dice que los cristianos muertos se levantarán de la muerte en el futuro. Cuando Cristo regrese, Pablo enseñó, los muertos, que él dice que ahora duermen, se despertarán de su sueño (la palabra “levantar” es la misma en griego que la palabra “despertar”), y serán arrebatados para recibir al Señor en el aire y “así llegaremos a estar siempre con el Señor.”
¿Captó usted eso? “Así estaremos siempre con el Señor.” De esta manera – por este proceso de ser despertados por la futura venida de Jesús – entraremos en la presencia de Cristo. Por ningún otro medio. Haga una pausa y reflexione. Si es posible estar “con Cristo” antes de la resurrección, Pablo habría estado errado al decir “De esta manera estaremos siempre con el Señor.” Las palabras de Pablo, junto con las palabras de Jesús en Juan 5:28, 29 y Daniel 12:2, nos dice con toda claridad que los muertos duermen hasta el día de la resurrección. Cuando se levanten finalmente de la muerte (despertados del sueño de la muerte) ellos entrarán en la presencia de Cristo y estarán con él para siempre. Por la resurrección sólo, y no por la supervivencia como un “espíritu inmortal”, seremos conducidos a la presencia de Cristo por primera vez, cuando Jesús regrese para inaugurar su Reino en la tierra (Mateo 5:5; Rev . 5:10).
Las tendencias gnósticas, como hemos visto, afectaron otras grandes doctrinas cristianas populares. Orígenes (fallecido en 254 d. C.) fue un teólogo de mente filosófica cuyo tratamiento alegórico de la Biblia le llevó a buscar significados ocultos llamados “espirituales”, que no eran sino la invención de su propia imaginación.
Muchos creyentes están muy inadvertidos que es la enseñanza de la mentalidad mística de Orígenes acerca de la procreación “eterna del Hijo”, que ayudó a desarrollar la enseñanza ya famosa de que Jesús es co-igual y co-eterno con el Padre. Instamos enérgicamente a que los estudiantes de la Biblia que están en la busqueda de la Verdad salvífica a que examinen las raíces de algunas de sus enseñanzas históricas centrales. ¿Realmente vienen de la Biblia, o más bien de las fuertes tendencias filosóficas y gnósticas que invadieron la iglesia poco después de la muerte de los apóstoles? Pablo nos advirtió, pero hemos hecho caso? (Hechos 20:28-31; II Tim 4:01 ss.)
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