Por A. Buzzard, teologo unitario.
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Jesús halla su propia historia escrita en las Escrituras Hebreas (Lucas 24:27). El rol del Mesías estaba claramente esbozado allí. Nada en el registro divino ha sugerido que el monoteísmo del Antiguo Testamento sería radicalmente interrumpido por la aparición del Mesías. Un montón de evidencia apoyará la proposición de que los apóstoles nunca por un momento cuestionaron la absoluta singularidad o unicidad de Dios, o que la aparición de Jesús creó algún problema teorético acerca del monoteísmo. Es por lo tanto destructor de la unidad de la Biblia el sugerir que en uno o dos textos en Juan, Jesús trastocó su propia declaración de fe de que el Padre era “el único Dios verdadero” (17:3), o que él se transportó lejos fuera de la categoría de un ser humano hablando de una existencia consciente desde la eternidad. Desde luego que su oración por la gloria que tuvo antes que comenzara el mundo (17:5) puede fácilmente ser entendida como un deseo por la gloria que ha sido preparada para él en el plan del Padre. La gloria que Jesús deseó para los discípulos ha sido también “dada” (Juan 17:22), pero ellos aún no la han recibido.7
Era típico en el pensamiento Judío que cualquier cosa de suprema importancia en el propósito de Dios---Moisés, la ley, arrepentimiento, el Reino de Dios, y el Mesías---hayan “existido” con Dios desde la eternidad. En esta veta Juan puede hablar de la crucifixión como habiendo “ocurrido” antes de la fundación del mundo (Apocalipsis 13:8). Pedro, escribiendo tarde en el primer siglo, aún conoce de la “preexistencia” de Jesús sólo como una existencia en el preconocimiento de Dios (1 Pedro 1:20). Sus sermones en los primeros capítulos de los Hechos reflejan exactamente la misma opinión.
Pero. ¿Qué del texto favorito probatorio en Juan 8:58 de que Jesús existió antes que Abraham?¿Acaso Jesús después de todo confunde todo diciendo por un lado que el Padre sólo es el único Dios verdadero” (17:3, 5:44)- y que él mismo no es Dios, sino el Hijo de Dios (Juan 10:36)-y por otro lado que él, Jesús, es también un ser no creado?¿Acaso él define su rango dentro de las categorías reconocibles del Antiguo Testamento (Juan 10:36; Salmo 82:6; 2:7) sólo para plantear un acertijo insoluble diciendo que él ha estado vivo antes del nacimiento de Abraham?¿Es acaso el problema Trinitario el que debe erigirse debido a un simple texto de Juan?
¿No sería más sabio leer Juan 8:58 a la luz de la declaración posterior de Jesús en 10:36, y en el resto de la Escritura?
En la atmósfera completamente Judía que penetra el Evangelio de Juan es muy natural pensar que Jesús hablara en términos que fueron corrientes entre aquellos entrenados en la tradición Rabínica. En un contexto Judío, el sostener “preexistencia” no significa que uno está afirmando ser una criatura increada! No obstante, sí implica que uno tiene significación absoluta en el plan divino. Jesús es verdaderamente la razón central para la creación. Pero la singular actividad creativa de Dios y su plan para la salvación no fueron manifestados en un único ser creado, el Hijo, hasta que Jesús nació. La persona de Jesús se originó cuando la propia expresión de Dios tomó forma en un ser humano (Juan 1:14).8
Es un hecho bien reconocido que las conversaciones entre Jesús y los Judíos fueron frecuentemente antagónicas. En Juan 8:57 Jesús de hecho no dijo, como los Judíos parecieron entender, que él había visto a Abraham, sino que Abraham se regocijó de ver el día del Señor (v.56). El Patriarca estaba esperando levantarse en la resurrección en el último día (Juan 11:24; Mateo 8:11) y tomar parte en el Reino Mesiánico. Jesús estaba afirmando su superioridad sobre Abraham, pero, ¿en qué sentido?
Como el “Cordero de Dios” él había sido “crucificado antes de la fundación del mundo” (Apocalipsis 13:8; 1 Pedro 1:20)-no, por supuesto, literalmente, pero en el plan de Dios. De esta manera también Jesús ‘era’ antes que Abraham. Así Abraham pudo mirar adelante hacia la venida del Mesías y su Reino. El Mesías y el Reino entonces ‘preexistieron’ en el sentido que ellos fueron vistos por Abraham a través de los ojos de la fe.9
La expresión ‘yo soy’ en Juan 8:58 positivamente no significa ‘yo soy Dios’. No es, como frecuentemente se ha alegado, el nombre divino de Éxodo 3:14, donde Jehová declaró: “Yo soy el que soy (el único auto existente---‘ego eimi o ohn’). En ninguna parte Jesús pretendió ese título. La correcta traducción de ‘ego eimi’ en Juan 8:58 es ‘Yo soy él’, p.e., el prometido Mesías (Cristo)(cp. La misma expresión es en Juan 4:26, “Yo soy (el Mesías), el que habla contigo”.).10 Antes que naciera Abraham Jesús fue ‘preconocido’ (cp. 1 Pedro 1:20). Jesús hace acá la estupenda reclamación de la absoluta trascendencia en el propósito de Dios.
Jesús halla su propia historia escrita en las Escrituras Hebreas (Lucas 24:27). El rol del Mesías estaba claramente esbozado allí. Nada en el registro divino ha sugerido que el monoteísmo del Antiguo Testamento sería radicalmente interrumpido por la aparición del Mesías. Un montón de evidencia apoyará la proposición de que los apóstoles nunca por un momento cuestionaron la absoluta singularidad o unicidad de Dios, o que la aparición de Jesús creó algún problema teorético acerca del monoteísmo. Es por lo tanto destructor de la unidad de la Biblia el sugerir que en uno o dos textos en Juan, Jesús trastocó su propia declaración de fe de que el Padre era “el único Dios verdadero” (17:3), o que él se transportó lejos fuera de la categoría de un ser humano hablando de una existencia consciente desde la eternidad. Desde luego que su oración por la gloria que tuvo antes que comenzara el mundo (17:5) puede fácilmente ser entendida como un deseo por la gloria que ha sido preparada para él en el plan del Padre. La gloria que Jesús deseó para los discípulos ha sido también “dada” (Juan 17:22), pero ellos aún no la han recibido.7
Era típico en el pensamiento Judío que cualquier cosa de suprema importancia en el propósito de Dios---Moisés, la ley, arrepentimiento, el Reino de Dios, y el Mesías---hayan “existido” con Dios desde la eternidad. En esta veta Juan puede hablar de la crucifixión como habiendo “ocurrido” antes de la fundación del mundo (Apocalipsis 13:8). Pedro, escribiendo tarde en el primer siglo, aún conoce de la “preexistencia” de Jesús sólo como una existencia en el preconocimiento de Dios (1 Pedro 1:20). Sus sermones en los primeros capítulos de los Hechos reflejan exactamente la misma opinión.
Pero. ¿Qué del texto favorito probatorio en Juan 8:58 de que Jesús existió antes que Abraham?¿Acaso Jesús después de todo confunde todo diciendo por un lado que el Padre sólo es el único Dios verdadero” (17:3, 5:44)- y que él mismo no es Dios, sino el Hijo de Dios (Juan 10:36)-y por otro lado que él, Jesús, es también un ser no creado?¿Acaso él define su rango dentro de las categorías reconocibles del Antiguo Testamento (Juan 10:36; Salmo 82:6; 2:7) sólo para plantear un acertijo insoluble diciendo que él ha estado vivo antes del nacimiento de Abraham?¿Es acaso el problema Trinitario el que debe erigirse debido a un simple texto de Juan?
¿No sería más sabio leer Juan 8:58 a la luz de la declaración posterior de Jesús en 10:36, y en el resto de la Escritura?
En la atmósfera completamente Judía que penetra el Evangelio de Juan es muy natural pensar que Jesús hablara en términos que fueron corrientes entre aquellos entrenados en la tradición Rabínica. En un contexto Judío, el sostener “preexistencia” no significa que uno está afirmando ser una criatura increada! No obstante, sí implica que uno tiene significación absoluta en el plan divino. Jesús es verdaderamente la razón central para la creación. Pero la singular actividad creativa de Dios y su plan para la salvación no fueron manifestados en un único ser creado, el Hijo, hasta que Jesús nació. La persona de Jesús se originó cuando la propia expresión de Dios tomó forma en un ser humano (Juan 1:14).8
Es un hecho bien reconocido que las conversaciones entre Jesús y los Judíos fueron frecuentemente antagónicas. En Juan 8:57 Jesús de hecho no dijo, como los Judíos parecieron entender, que él había visto a Abraham, sino que Abraham se regocijó de ver el día del Señor (v.56). El Patriarca estaba esperando levantarse en la resurrección en el último día (Juan 11:24; Mateo 8:11) y tomar parte en el Reino Mesiánico. Jesús estaba afirmando su superioridad sobre Abraham, pero, ¿en qué sentido?
Como el “Cordero de Dios” él había sido “crucificado antes de la fundación del mundo” (Apocalipsis 13:8; 1 Pedro 1:20)-no, por supuesto, literalmente, pero en el plan de Dios. De esta manera también Jesús ‘era’ antes que Abraham. Así Abraham pudo mirar adelante hacia la venida del Mesías y su Reino. El Mesías y el Reino entonces ‘preexistieron’ en el sentido que ellos fueron vistos por Abraham a través de los ojos de la fe.9
La expresión ‘yo soy’ en Juan 8:58 positivamente no significa ‘yo soy Dios’. No es, como frecuentemente se ha alegado, el nombre divino de Éxodo 3:14, donde Jehová declaró: “Yo soy el que soy (el único auto existente---‘ego eimi o ohn’). En ninguna parte Jesús pretendió ese título. La correcta traducción de ‘ego eimi’ en Juan 8:58 es ‘Yo soy él’, p.e., el prometido Mesías (Cristo)(cp. La misma expresión es en Juan 4:26, “Yo soy (el Mesías), el que habla contigo”.).10 Antes que naciera Abraham Jesús fue ‘preconocido’ (cp. 1 Pedro 1:20). Jesús hace acá la estupenda reclamación de la absoluta trascendencia en el propósito de Dios.