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Médico Internista e Intensivista, y estudioso de las Santas Escrituras (La Biblia), y un predicador incansable del verdadero monoteísmo bíblico, y sobre todo, del mensaje o evangelio del Reino de Dios, que es la única esperanza que tiene este mundo para sobrevivir a su destrucción total.

jueves, 4 de marzo de 2010

PREEXISTIO CRISTO?


Por David Moshé Mena


Λóγος


Este tema es muy interesante, profundo y sobretodo esperanzador porque nos habla de la esperanza misma que el Padre desde los inicios predestinó para los escogidos.

Lo primero que quiero aclarar es lo siguiente: La preexistencia delMashiaj desde mi perspectiva israelita nazarena.

Hay dos problemas que se plantean si nos inclinamos a la idea de una preexistencia del Mesías como una “persona” o “ente superior” antes de ser revelado en la carne como el Mesías e Hijo de Di-s. Hay una serie de textos en los Escritos Apostólicos que se usan para afirmar la doctrina cristiana de la preexistencia del Mesías. Voy a intentar, en la manera de mis posibilidades ofrecer una explicación alterna a las ya conocidas. Pero antes, lo primero que hay que aclarar es ¿qué es preexistencia? y de qué estamos hablando que “era” lo preexistente. La preexistencia a la que me refiero es a la de que algo que “es” y que “ya era” en alguna condición de lo que es “ahora”. Pero hay que tener presente que la doctrina cristiana da preexistencia al Mesías antes de su condición humana como un “ser”, “ente superior” o “persona divina” que tal vez interactuó (en su preexistencia humana) en la historia de la humanidad y antes de su creación. Por ejemplo, un error de expresión bajo esta idea preconcebida puede ser el que se usa comúnmente cuando se escribe:

“Existen evidencias claras en las Escrituras Inspiradas, que muestran que el Ungido tuvo una existencia antes de nacer de vientre”

El error aquí no es el concepto de preexistencia de la realidad del Mesías sino la afirmación de que el Ungido ya era (¿Ungido, Hijo, Dios, Eterno?), porque en los Escritos Apostólicos no hay evidencia que muestre que Yeshúa “era ya” Mesías antes de que fuera precisamente Ungido por la Ruaj HaKodesh (Espíritu Santo) en los días de Yohanan el inmersor. Yeshúa fue Mesías el mismo instante que fue precisamente ungido con el propósito y ministerio para el cual nació en la tierra. Aquí es donde entra el concepto hebreo de ungido (mashiaj). La preexistencia divina que se entiende hebraicamente es que la dabar de Elohim (Palabra de Dios), es decir, Su esencia, Su voluntad, Su idea, Su pensamiento, Su palabra que es verdad se manifestaría en la carne como voluntad absoluta, y esa carne (entienda que se refiere a un hombre) cumpliría un rol especifico por el cual sería declarado mashiaj (ungido) con un ministerio y propósito divinos. Lo que es realidad, lo que es verídico es la preexistencia de la Dabar de Elohim (Palabra de Di-s), esa dabar existió y es por medio de la cual fueron hechos los cielos y tierra que vemos. Hebraicamente hablando la dabar de Elohim es su voluntad y pensamiento, en la Escritura aparece la expresión: “vino palabra (¿de?) YHWH…” cuando Dios expresaba Su voluntad por medio de los profetas a los hijos de Israel y en la Torah (Ley o Pentateuco) aparece la expresión: “dabar YHWH” cuando YHWH hablaba a los hijos de Israel por medio de Moshé (Moisés), es decir, la Voluntad de YHWH era expresada, lo que quería, lo que deseaba que hicieran los hijos de Israel, lo que demandaba, lo que esperaba que hicieran, todo esto en otras palabras, la idea, el pensamiento de YHWH de lo que quería que hiciéramos, su voluntad era revelado. Es por eso, que para la mente hebrea y mesiánica, es decir, creyente en Yeshúa se le considera como la Toráh viviente (La Voluntad de YHWH viva), la Palabra viviente. Es la Palabra de YHWH hecha carne que nos comunica, revela, transmite su Voluntad y que desde el principio existía dentro (en Su sabiduría) de YHWH. De ahí que la afirmación de Shaul (Pablo) sea clara cuando se refiere a estos tiempos (Heb 1:1) cuando es “ahora” no “antes” que YHWH habló por medio de Su Hijo (que predestinó a revelarnos), es decir, que ya tenía en mente y que ya existía en la realidad de YHWH y que llegó un tiempo que nos habló “ahora”. Hay una parábola que quiero compartir contigo aquí:

Había un hombre que en su juventud era cariñoso con los niños. Este hombre decía en su interior: “cuando tenga mi propio hijo lo amaré con gran amor”. El hombre se casó y en sus planes junto a su mujer estaban tener hijos a los que amarían mucho y al primero llamarían David. El hombre antes de siquiera casarse decía: “amaré a mi hijo con gran amor” y decía también: “me complaceré en el amor de mi hijo”. Cuando llegó el tiempo que su mujer quedó embarazada, aquel hombre desprendía alegría y gozo porque pronto su hijo vería la luz. Decía el hombre: “te tocaré y te besaré, te amaré entre mis brazos” y antes que naciera su hijo arregló uno de los cuartos de su casa, lo adornó y compró una cuna especial. Aquel día llegó y el hombre fue muy feliz cuando su hijo vio la luz.

¿Qué diremos?, ¿existía ese hijo de ese hombre? ¡no, no existía!, vino a existir cuando nació del vientre de su madre, pero, ¿qué si el hombre hasta ya tenía el nombre que le pondría a su hijo y ya lo amaba antes de nacer? es más, el hombre, hasta deseaba que su hijo fuese un Licenciado en Derecho como él, esperando que su hijo haga “su voluntad”. Este hombre mandaba a decirles a sus compañeros: “vienen días en que nacerá un hijo en esta familia y será amado por su padre” y ese hombre se la pasaba mandándoles mensajes a sus familiares del hijo que le nacería algún día. Y como vimos en la parábola, el día llegó y nació el hijo, y todo aquello de lo cual fue anunciado como una realidad, se manifiesta ahora mostrándonos que aquella Voluntad (del padre de nuestro ejemplo) era verdad ayer (cuando se dijo) y hoy (cuando se revela en carne).

Hay un texto del apócrifo de Ezra que dice:

“Y cualquiera que sea liberado del mal pronosticado verá mis maravillas, Porque Mi Hijo el Mesías será revelado.” (4 Ezra Apócrifa)

Ahora bien, ¿cuál es el sentido de esta explicación?

Hay un episodio en la Torah que aun muchos teólogos cristianos no yerran en su interpretación y acertadamente entienden que la atadura y sacrificio de Itzjak es una sombra profética de lo que YHWH haría con su Hijo precisamente en aquél monte. Cabe notar que desde la antigüedad YHWH ha tenido presente a Su Hijo, esta es la preexistencia divina. Cuando YHWH le ordena a Avraham a sacrificar a su único hijo Itzjak, lo que YHWH está haciendo es revelar la idea (Voluntad, dabar) divina que YHWH ejecutaría con su propio hijo.

Shalom.