Por Mario Olcese Sanguineti (Apologista)
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Lo que debo yo hacer para ser salvado es la pregunta crítica y fundamental en el cristianismo hoy. Sin embargo, muchos Cristianos son incapaces de articular el Evangelio (1) y cuando ellos lo hacen dan respuestas diferentes y contradictorias a esta pregunta. ¡Ellos también discrepan con Jesús mismo! Nuestra nación es bombardeada con tratados evangélicos. Ellos proporcionan un párrafo sucinto en la página trasera, diciendo al lector cómo asegurarse la entrada “en el cielo” en el momento de la muerte. Concentrándose principalmente en la muerte y la resurrección de Jesucristo, estas extensiones así como sus sitios de Internet correspondientes le piden “aceptar el regalo gratis de salvación y no hacer nada más,” como requerimientos para la salvación eterna. Después de una breve oración de pecadores, ellos por lo general lo dejan sin la dirección adicional, salvo “Felicitaciones y bienvenidos a la familia de Dios.” (2) Este es la realidad desafortunada de la iglesia del Señor en el siglo veintiuno. ¿Reconocería Jesús como auténtico estos mensajes populares que afirman ser su mismo mensaje del evangelio? ¿Ayudaría Jesús a imprimir estos tratados extensamente distribuidos? ¿Conduciría Jesús una reunión titulada “Obtén la Salvación” con este mensaje durante una noche particular de la semana? ¿Ofreció alguna vez Jesús el “cielo inmediatamente después de la muerte” a alguien?
No sólo Jesús y sus seguidores predicaron un mensaje del Evangelio mucho más lleno que el que es encontrado en la mayor parte de las iglesias hoy, ellos también exigieron más de sus nuevos conversos. Jesús mismo habló concerniente a su Misión evangelizadora como el modelo para la predicación cristiana. Él dijo que le enviaron con el propósito de predicar el Evangelio "del Reino de Dios" (ver a Lucas 4:43). Él envió a sus discípulos para anunciar este mismo mensaje aun antes de que ellos entendieran algo sobre su muerte y resurrección (3). Años más tarde vemos que Pablo, con un entendimiento claro de todo lo que Jesús había hecho e iba a hacer, quedándose "dos años completos en su propio cuarto alquilado," "y daba la bienvenida a todos los que venían a verlo, predicando el reino de Dios y enseñando sobre el Señor Jesucristo abiertamente y sin impedimento" (Hechos 28:30-31). En la luz de estas definiciones claras y consecuentes del Evangelio que salva, es asombroso que los tratados de las iglesias nunca hablen de este "Evangelio sobre el Reino de Dios."
Lamentablemente aun cuando los comentaristas y los predicadores han comenzado a ver la importancia de este mensaje del Reino de Dios, ellos lo despiden diciéndonos que ha sido sustituido por “un evangelio de la gracia. ¡”Ellos sostienen que el Evangelio de Reino era expresamente para los Judíos del tiempo de Jesús (4), y no para nosotros hoy! El testimonio de Escritura en voz alta proclama que esto no podía ser así (Hechos 20:24-25). El desafío que afrontan los Bereanos modernos es el de la reconquista de las palabras del Evangelio de Cristo y hacer de ellos nuestra fuente para llamar a los pecadores de este presente siglo malo. Después de todo, las ovejas oyen la voz genuina de Jesús (Juan 10:3-4, 16, 27).
Seguramente el sacrificio de Jesús Cristo paga por el pecado de la humanidad y nos concede acceso a Dios y vida en la edad próxima. Sin ello nadie podría buscar por la entrada en el Reino de Dios. Pero este trabajo de Jesús en la cruz por sí solo no constituye el mensaje de evangelio entero. ¿Cuál es es el punto de aceptar el sacrificio de Jesús en la cruz si no nos arrepentimos obedeciendo su orden de creer en el Evangelio del Reino (Señal 1:14, 15; ¿4:11, 12)?
Dios está restaurando lo que Él al principio quiso para el mundo, un tiempo cuando todo que está mal con el presente sistema malo será enderezado y el pecado será destruido. Este es el fundamento del mensaje de salvación del Reino, al cual toda Escritura declara y que toda creación con impaciencia espera. Obedecer a Jesús, que es esencial para la salvación (Heb. 5:9), ¿por qué no obedecer su primera orden: ¿“arrepiéntase y crean el Evangelio del Reino” (ver Marcos 1:14, 15)?
(1) Christianity Today, June 14th, 1999.
(2) www.getsaved.com/yes.htm
(3) Cp. Luke 9:1-6 with Matt. 16:21-22 and John 20:9.
(4) See Unger’s Bible Dictionary, “Gospel"
www.yeshuahamashiaj.org
Lo que debo yo hacer para ser salvado es la pregunta crítica y fundamental en el cristianismo hoy. Sin embargo, muchos Cristianos son incapaces de articular el Evangelio (1) y cuando ellos lo hacen dan respuestas diferentes y contradictorias a esta pregunta. ¡Ellos también discrepan con Jesús mismo! Nuestra nación es bombardeada con tratados evangélicos. Ellos proporcionan un párrafo sucinto en la página trasera, diciendo al lector cómo asegurarse la entrada “en el cielo” en el momento de la muerte. Concentrándose principalmente en la muerte y la resurrección de Jesucristo, estas extensiones así como sus sitios de Internet correspondientes le piden “aceptar el regalo gratis de salvación y no hacer nada más,” como requerimientos para la salvación eterna. Después de una breve oración de pecadores, ellos por lo general lo dejan sin la dirección adicional, salvo “Felicitaciones y bienvenidos a la familia de Dios.” (2) Este es la realidad desafortunada de la iglesia del Señor en el siglo veintiuno. ¿Reconocería Jesús como auténtico estos mensajes populares que afirman ser su mismo mensaje del evangelio? ¿Ayudaría Jesús a imprimir estos tratados extensamente distribuidos? ¿Conduciría Jesús una reunión titulada “Obtén la Salvación” con este mensaje durante una noche particular de la semana? ¿Ofreció alguna vez Jesús el “cielo inmediatamente después de la muerte” a alguien?
No sólo Jesús y sus seguidores predicaron un mensaje del Evangelio mucho más lleno que el que es encontrado en la mayor parte de las iglesias hoy, ellos también exigieron más de sus nuevos conversos. Jesús mismo habló concerniente a su Misión evangelizadora como el modelo para la predicación cristiana. Él dijo que le enviaron con el propósito de predicar el Evangelio "del Reino de Dios" (ver a Lucas 4:43). Él envió a sus discípulos para anunciar este mismo mensaje aun antes de que ellos entendieran algo sobre su muerte y resurrección (3). Años más tarde vemos que Pablo, con un entendimiento claro de todo lo que Jesús había hecho e iba a hacer, quedándose "dos años completos en su propio cuarto alquilado," "y daba la bienvenida a todos los que venían a verlo, predicando el reino de Dios y enseñando sobre el Señor Jesucristo abiertamente y sin impedimento" (Hechos 28:30-31). En la luz de estas definiciones claras y consecuentes del Evangelio que salva, es asombroso que los tratados de las iglesias nunca hablen de este "Evangelio sobre el Reino de Dios."
Lamentablemente aun cuando los comentaristas y los predicadores han comenzado a ver la importancia de este mensaje del Reino de Dios, ellos lo despiden diciéndonos que ha sido sustituido por “un evangelio de la gracia. ¡”Ellos sostienen que el Evangelio de Reino era expresamente para los Judíos del tiempo de Jesús (4), y no para nosotros hoy! El testimonio de Escritura en voz alta proclama que esto no podía ser así (Hechos 20:24-25). El desafío que afrontan los Bereanos modernos es el de la reconquista de las palabras del Evangelio de Cristo y hacer de ellos nuestra fuente para llamar a los pecadores de este presente siglo malo. Después de todo, las ovejas oyen la voz genuina de Jesús (Juan 10:3-4, 16, 27).
Seguramente el sacrificio de Jesús Cristo paga por el pecado de la humanidad y nos concede acceso a Dios y vida en la edad próxima. Sin ello nadie podría buscar por la entrada en el Reino de Dios. Pero este trabajo de Jesús en la cruz por sí solo no constituye el mensaje de evangelio entero. ¿Cuál es es el punto de aceptar el sacrificio de Jesús en la cruz si no nos arrepentimos obedeciendo su orden de creer en el Evangelio del Reino (Señal 1:14, 15; ¿4:11, 12)?
Dios está restaurando lo que Él al principio quiso para el mundo, un tiempo cuando todo que está mal con el presente sistema malo será enderezado y el pecado será destruido. Este es el fundamento del mensaje de salvación del Reino, al cual toda Escritura declara y que toda creación con impaciencia espera. Obedecer a Jesús, que es esencial para la salvación (Heb. 5:9), ¿por qué no obedecer su primera orden: ¿“arrepiéntase y crean el Evangelio del Reino” (ver Marcos 1:14, 15)?
(1) Christianity Today, June 14th, 1999.
(2) www.getsaved.com/yes.htm
(3) Cp. Luke 9:1-6 with Matt. 16:21-22 and John 20:9.
(4) See Unger’s Bible Dictionary, “Gospel"
www.yeshuahamashiaj.org
www.elevangeliodelreino.org
