Por el Dr. Javier Rivas Martínez (MD)
Adorar. (Del lat. adorāre). tr. Reverenciar con sumo honor o respeto a un ser, considerándolo como cosa divina. 2. Reverenciar y honrar a Dios con el culto religioso que le es debido. 3. Dicho de un cardenal: Postrarse delante del Papa después de haberle elegido, en señal de reconocerle como legítimo sucesor de San Pedro. 4. Amar con extremo. 5. Gustar de algo extremadamente. 6. intr. Orar (ǁ hacer oración). 7. Tener puesta la estima o veneración en una persona o cosa. Adorar en alguien, en algo.
Según la definición anterior, la adoración no se confina tan sólo a la Deidad. También es admisible en individuos humanos con posiciones dignas, como los reyes, los grandes mandatarios, y los que por sus hechos notables o hazañas han sido reconocidos como importantes; no olvido decir, que los ángeles reciben adoración de parte de los hombres en la Biblia (véase por favor Jos. 5:14).
La palabra griega «proskuneo» en las Escrituras, es usada para la adoración a Dios y para brindar, en el otro aspecto que esta antigua palabra tiene en cuanto a adoración, «honor», «homenaje», «servicio», «devoción», «respeto», «reverencia», «veneración» a seres humanos meritorios (estos textos bíblicos muestran una actitud de adoración a personas humanas: Gn. 19:1; Gn.23:7; Gn. 33:3; Gn. 37:10; Gn. 43:26; Rut. 2:10; 1 S. 20:41; 25:41).
En la Biblia se observa un acto de adoración ofrecida a Dios y al rey de Israel simultáneamente:
1 Cr. 29:20 «Después dijo David a toda la congregación: Bendecid ahora a Jehová vuestro Dios. Entonces toda la congregación bendijo a Jehová Dios de sus padres, e inclinándose adoraron («adoraron»: «proskuneo», aparece en la Septuaginta) delante de Jehová y del rey».
El profeta Daniel recibió adoración de parte del rey de Babilonia:
Dn. 2:46 «Entonces el rey Nabucodonosor se postró sobre su rostro y se humilló ante Daniel, y mandó que le ofreciesen presentes e incienso».
En el Nuevo Testamento encontramos además la palabra «proskuneo» que se aplica en el Antiguo Testamento para la «adoración divina» y de «hombres». De igual forma, como en el caso de la adoración a hombres, el pequeño Jesús será adorado por los Magos de Oriente como una persona humana, por ser «el rey de los judíos nacido de mujer» (Gal. 4:4). Veamos pues en el Evangelio según San Mateo:
Mt. 2:2 «…diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle».
En el siguiente texto propone una adoración a hombres santos:
Ap. 3:9 «He aquí, yo entrego de la sinagoga de Satanás a los que se dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten; he aquí, yo haré que vengan y “se postren a tus pies”, y reconozcan que yo te he amado».
Cristo es adorado como una persona humana de manera idéntica que el rey de Israel (1 Cr. 29:20), que el profeta Daniel (Dn. 2:46), del modo que los santos de la Iglesia de Sardis (Ap. 3:9).
Cristo es adorado como el Mesías y Príncipe de paz humano prometido, que había de venir, como el Héroe poderoso esperado, por ser el Hijo de Dios por excelencia, y no Dios en el sentido o en la significación cabal de la Deidad. Es adorado por su importante trascendencia como Redentor del mundo en la historia de los hombres caídos a quienes vino a salvar de sus pecados, haciéndolos propicios, por tal efecto, a los que han creído en él, al Reino de Dios. Por esta causa, Cristo, como perfecto e inmaculado ser humano, es digno de adoración, de respeto, y de admiración por parte de los suyos. ¡No es para menos!
Por otro lado, siendo claros, para evitar confusiones que pudieran permanecer irresolutas y dañinas, la palabra griega «latreuo», es designada únicamente en la adoración religiosa de la Deidad. La palabra «latreou» se deriva de la palabra griega «latrería», y se emplea para la adoración y culto de seres divinos, pero no de agentes humanos. Así, qué, la traducción de la palabra «adoración en la Biblia», en base a las dos palabras griegas presentadas, «proskuneo» y «latreou», no tiene el mismo significado y aplicación siempre.
La palabra griega «latreou» aparece 21 veces en el Nuevo Testamento (véase estos ejemplos: Mt. 4:10; Hech. 7:7; 24:14; 26:7; 27:23; Ro.1:9; Ap.7:15; 22:3).
Dios les bendiga siempre.
Referencias:
La Herida Auto Infligida Del Cristianismo.
De Anthony F. Buzzard.
Reina Valera 1960.
Wikipedia: La Enciclopedia Libre.
Adorar. (Del lat. adorāre). tr. Reverenciar con sumo honor o respeto a un ser, considerándolo como cosa divina. 2. Reverenciar y honrar a Dios con el culto religioso que le es debido. 3. Dicho de un cardenal: Postrarse delante del Papa después de haberle elegido, en señal de reconocerle como legítimo sucesor de San Pedro. 4. Amar con extremo. 5. Gustar de algo extremadamente. 6. intr. Orar (ǁ hacer oración). 7. Tener puesta la estima o veneración en una persona o cosa. Adorar en alguien, en algo.
Según la definición anterior, la adoración no se confina tan sólo a la Deidad. También es admisible en individuos humanos con posiciones dignas, como los reyes, los grandes mandatarios, y los que por sus hechos notables o hazañas han sido reconocidos como importantes; no olvido decir, que los ángeles reciben adoración de parte de los hombres en la Biblia (véase por favor Jos. 5:14).
La palabra griega «proskuneo» en las Escrituras, es usada para la adoración a Dios y para brindar, en el otro aspecto que esta antigua palabra tiene en cuanto a adoración, «honor», «homenaje», «servicio», «devoción», «respeto», «reverencia», «veneración» a seres humanos meritorios (estos textos bíblicos muestran una actitud de adoración a personas humanas: Gn. 19:1; Gn.23:7; Gn. 33:3; Gn. 37:10; Gn. 43:26; Rut. 2:10; 1 S. 20:41; 25:41).
En la Biblia se observa un acto de adoración ofrecida a Dios y al rey de Israel simultáneamente:
1 Cr. 29:20 «Después dijo David a toda la congregación: Bendecid ahora a Jehová vuestro Dios. Entonces toda la congregación bendijo a Jehová Dios de sus padres, e inclinándose adoraron («adoraron»: «proskuneo», aparece en la Septuaginta) delante de Jehová y del rey».
El profeta Daniel recibió adoración de parte del rey de Babilonia:
Dn. 2:46 «Entonces el rey Nabucodonosor se postró sobre su rostro y se humilló ante Daniel, y mandó que le ofreciesen presentes e incienso».
En el Nuevo Testamento encontramos además la palabra «proskuneo» que se aplica en el Antiguo Testamento para la «adoración divina» y de «hombres». De igual forma, como en el caso de la adoración a hombres, el pequeño Jesús será adorado por los Magos de Oriente como una persona humana, por ser «el rey de los judíos nacido de mujer» (Gal. 4:4). Veamos pues en el Evangelio según San Mateo:
Mt. 2:2 «…diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle».
En el siguiente texto propone una adoración a hombres santos:
Ap. 3:9 «He aquí, yo entrego de la sinagoga de Satanás a los que se dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten; he aquí, yo haré que vengan y “se postren a tus pies”, y reconozcan que yo te he amado».
Cristo es adorado como una persona humana de manera idéntica que el rey de Israel (1 Cr. 29:20), que el profeta Daniel (Dn. 2:46), del modo que los santos de la Iglesia de Sardis (Ap. 3:9).
Cristo es adorado como el Mesías y Príncipe de paz humano prometido, que había de venir, como el Héroe poderoso esperado, por ser el Hijo de Dios por excelencia, y no Dios en el sentido o en la significación cabal de la Deidad. Es adorado por su importante trascendencia como Redentor del mundo en la historia de los hombres caídos a quienes vino a salvar de sus pecados, haciéndolos propicios, por tal efecto, a los que han creído en él, al Reino de Dios. Por esta causa, Cristo, como perfecto e inmaculado ser humano, es digno de adoración, de respeto, y de admiración por parte de los suyos. ¡No es para menos!
Por otro lado, siendo claros, para evitar confusiones que pudieran permanecer irresolutas y dañinas, la palabra griega «latreuo», es designada únicamente en la adoración religiosa de la Deidad. La palabra «latreou» se deriva de la palabra griega «latrería», y se emplea para la adoración y culto de seres divinos, pero no de agentes humanos. Así, qué, la traducción de la palabra «adoración en la Biblia», en base a las dos palabras griegas presentadas, «proskuneo» y «latreou», no tiene el mismo significado y aplicación siempre.
La palabra griega «latreou» aparece 21 veces en el Nuevo Testamento (véase estos ejemplos: Mt. 4:10; Hech. 7:7; 24:14; 26:7; 27:23; Ro.1:9; Ap.7:15; 22:3).
Dios les bendiga siempre.
Referencias:
La Herida Auto Infligida Del Cristianismo.
De Anthony F. Buzzard.
Reina Valera 1960.
Wikipedia: La Enciclopedia Libre.