Es la violencia ejercida contra las mujeres por sus parejas (marido, compañero, novio) o exparejas, como instrumento para mantener el poder y el control. Comprende todas las formas de maltrato referidas anteriormente. Este tipo de violencia es una de las que mayor alarma social está generando en los últimos años.
Este tipo de violencia tiene unas características propias que la diferencia de otros tipos de violencia:
Este tipo de violencia tiene unas características propias que la diferencia de otros tipos de violencia:
La violencia la ejerce un hombre con quien la mujer mantiene o ha mantenido un vinculo afectivo y amoroso, puede ser el padre de sus hijos e hijas y le une a o le ha unido una relación legal, económica, emocional y/o social.
Este tipo de violencia se puede producir tanto dentro de una relación de pareja como fuera de ella ( noviazgo, separación o divorcio)
Los hombres que ejercen este tipo de violencia pueden tener una buena imagen pública, y ser incluso seductores y atractivos en los espacios y relaciones sociales. Es en el ámbito privado y doméstico donde los hombres se sienten legitimados para ejercer la violencia.
Los malos tratos se producen generalmente en el ámbito de la privacidad, dentro de la casa, por lo que a veces pasan desapercibidos para las personas que rodean a la mujer (familiares, compañeros y compañeras, amistades, vecinos y vecinas)
Los malos tratos se ocultan tanto por los hombres que los ejercen como por las mujeres que los sufren.
La violencia que el hombre ejerce contra la mujer puede afectar a otros miembros de la familia, como a los hijos e hijas, personas mayores, familiares.
Los malos tratos no son actos aislados, sino sucesión de hechos que se prolongan en el tiempo, cuyo objetivo es el de conseguir el control y dominio sobre la mujer, lo que va debilitando gradualmente sus defensas físicas y psicológicas, generando miedo y sentimiento de indefensión e impotencia.
Las mujeres maltratadas sienten vergüenza de sufrir violencia, de no ser capaces de pararla ni de protegerse a sí mismas y a sus hijas e hijos. Se sienten culpables de haber elegido como pareja a un hombre violento o incluso por no haber podido cambiarle. Estos sentimientos impiden a las mujeres contar lo que les pasa, y les lleva a minimizar o negar la violencia.
La mujeres víctimas de malos tratos no son consideradas inocente por un gran sector de la población, sino débiles, cómplices, consentidoras o responsables de la violencia que sufren, a lo largo del proyecto intentare desmitificar esto.
Causas de la violencia doméstica.
La etiología de la violencia doméstica es compleja y multifactorial: las actitudes socioculturales (desigualdades de género), condiciones sociales, relaciones conyugales, conflictos familiares, trastornos psicopatológicos, abuso de alcohol y drogas, y los aspectos biográficos como personalidad, historia de abusos y de violencia en la familia de origen se han relacionado con la aparición de Violencia doméstica.
Algunas situaciones ancladas en la tradición y la cultura de muchas sociedades durante siglos se han relacionado con la violencia específica contra la mujer: las relaciones de sumisión y dependencia de la mujer respecto al hombre, la justificación de la violencia masculina y su tolerancia por la sociedad e incluso por la mujer, los estereotipos sexuales y el rol limitado asignado a la mujer a nivel social explican en parte la violencia infringida a la mujer.
La violencia ha sido y es utilizada como un instrumento de poder y dominio del fuerte frente al débil, del adulto frente al niño, del hombre frente a la mujer a través de los tiempos. Los principales factores determinantes de la violencia de género son la relación desigual entre hombres y mujeres y la existencia de la «cultura de la violencia» como medio para resolver conflictos.
La violencia contra las mujeres es estructural. La violencia no se debe a rasgos singulares y patológicos de una serie de individuos, sino que tiene rasgos estructurales de una forma cultural de definir las identidades y las relaciones entre los hombres y las mujeres.
La violencia contra las mujeres se produce en una sociedad que mantiene un sistema de relaciones de género que perpetúa la superioridad de los hombres sobre las mujeres y asigna diferentes atributos, roles y espacios en función del sexo. Hasta hace no muchos años, la restricción en el desarrollo personal y social de las mujeres, la exigencia de su dedicación exclusiva a la familia, su deber de acatar la autoridad masculina, eran consideradas como algo normal y natural, validado por las costumbres y la ley. En ese contexto se toleraba socialmente que los hombres utilizasen la violencia para afianzar la autoridad, de esta manera vemos que La violencia contra las mujeres es además instrumental.
El poder de los hombres y la subordinación de las mujeres, que es un rasgo básico del patriarcado, requiere de algún mecanismo de sometimiento. En este sentido, la violencia contra las mujeres es el modo de afianzar ese dominio. La violencia de género más que un fin en sí mismo, es un instrumento de dominación y control social. Y en este caso se utiliza como mecanismo de mantenimiento del poder masculino y de reproducción del sometimiento femenino. Los hombres maltratadores han aprendido a través del proceso de socialización —que es diferente para mujeres y hombres— que la violencia es la mejor forma de conseguir el control y dominar a la mujer.
Actualmente existe una menor tolerancia social hacia la violencia. Sin embargo, demasiadas mujeres todavía soportan un alto grado de violencia, tanto en sus relaciones de pareja como fuera de ellas. Esto sucede en todas las clases sociales, religiones y niveles educativos.
Los cambios sociales de las últimas décadas respecto al papel de la mujer tanto en el ámbito privado (pareja, familia), como público (laboral, social) hacia una relación mas igualitaria entre hombre y mujer, han hecho posible que el problema de la violencia doméstica haya salido a la luz, debido en parte a una mayor conciencia de la mujer respecto a sus derechos y a su papel en la pareja, en la familia y en la sociedad, y también a una mayor sensibilidad social respecto al problema. La no aceptación de estos cambios por el hombre, y el ver peligrar lo que para algunos era vivido como privilegio, ha podido favorecer la aparición de violencia en ocasiones.
Quizá estas causas están en el trasfondo del problema, pero hay factores de riesgo y situaciones de especial vulnerabilidad que explicarían por qué en contextos similares, en ocasiones se producen las situaciones de violencia y en otras no.
En definitiva, el factor principal de riesgo para la violencia contra las mujeres es, precisamente, el hecho de ser mujer.
Factores que favorecen la supervivencia de la violencia doméstica.
à Culturales:
Socialización por separado según el sexo
Definición cultural de los roles sexuales apropiados
Expectativas asignadas a los diferentes roles dentro de las relaciones
Creencia en la superioridad innata de los varones
Sistemas de valores que atribuyen a los varones el derecho de propiedad sobre mujeres y niñas
Concepción de la familia como esfera privada bajo el control del varónTradiciones matrimoniales (precio de la novia, dote)
Aceptación de la violencia como medio para resolver conflictos
àEconómicos:
Dependencia económica de la mujer respecto al varón
Restricciones en el acceso al dinero constante y al crédito
Leyes discriminatorias en materia de herencia, derecho de propiedad, uso del terreno público, y pago de pensiones alimenticias a divorciadas y viudas
Restricciones en el acceso al empleo en los sectores formales e informales Restricciones en el acceso de las mujeres a la educación y a la capacitación
àLegales:
Inferioridad jurídica de la mujer, ya sea según la ley escrita o según el derecho consuetudinario y su aplicación práctica
Leyes en materia de divorcio, cuidado de los hijos, pensiones alimenticias y herencia
Definiciones jurídicas de la violación y los abusos domésticosBajo nivel de alfabetización jurídica entre las mujeres
Falta de tacto en el tratamiento de mujeres y niñas por parte de la policía y del personal judicial
àPolíticos:
Representación insuficiente de la mujer en las esferas del poder, la política, los medios de comunicación y en las profesiones médica y jurídica
Trato poco serio de la violencia doméstica
Concepción de la vida familiar como un asunto privado y fuera del alcance del control del Estado
Riesgo de desafiar el status quo o las doctrinas religiosas
Restricciones en la organización de las mujeres como fuerza política
Restricciones en la participación de las mujeres en el sistema político Organizado
(Fuente: Heise. 1994)
Olga Sújar Pozo
www.yeshuahamashiaj.org