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Médico Internista e Intensivista, y estudioso de las Santas Escrituras (La Biblia), y un predicador incansable del verdadero monoteísmo bíblico, y sobre todo, del mensaje o evangelio del Reino de Dios, que es la única esperanza que tiene este mundo para sobrevivir a su destrucción total.

miércoles, 29 de abril de 2009

El REINADO DE CRISTO SOBRE LOS HOMBRES


Por Ingª Mario A Olcese (Apologista)

“Y también a aquellos mis enemigos que no querían que yo reinase sobre (Gr. Epi) ellos, traedlos acá, y decapitadlos delante de mí” (Lucas 19:27---porción de la parábola de las Diez Minas).

El prefijo Griego “Epi”

El prefijo “epi” aparece en el NT unas 878 veces, y siempre significa SOBRE o JUNTO A. Así pues tenemos “epis tes gues" significa “sobre la tierra” en Apocalipsis 5:10 con referencia al reinado de los santos. Es decir, Jesús está enseñando en la parábola de las Diez Minas que aquellos hombres que no quisieron que él reinase sobre ellos (desde una posición exaltada) fuesen decapitados o aniquilados.

Hoy, los creyentes cristianos suponen que Cristo está llamando a la gente para que le permitan entrar en ellos para “reinar en sus corazones”. Sí, estos cristianos suponen que Cristo habló de un reino espiritual que se efectuaría dentro de las personas para poder dirigir o gobernar sus vidas una vez que nacieran de nuevo. Pero esto no es lo que la Biblia promete.

Aunque en cierto sentido Jesús “mora” en los creyentes, esto no quiere decir que él esté reinando sobre ellos, pues no se puede estar en y sobre alguien o algo de manera simultánea.

En el texto de arriba de Lucas 19:27 Jesús está hablando de un reinado literal, de un rey que domina sobre sus súbditos, pero que tiene sus enemigos que deben ser castigados por su rebeldía y oposición a su régimen. En ese sentido, todos aquellos que hoy se resisten a aceptar a Cristo y su evangelio del reino, son sus enemigos, y están en su “death road” o su “camino de muerte”.

Los verdaderos discípulos esperan el Reinado del Mesías

Ciertamente están los amigos de Jesús, aquellos que sí quieren su reinado sobre ellos, y esperan con ansías a que él cumpla su palabra de volver a la tierra para restaurar la dinastía davídica en Jerusalén y reinar como el máximo soberano de la tierra, junto y sobre los hombres. Es decir, NO desde los cielos, sino desde la tierra, junto y sobre la humanidad toda. Es por eso que David predijo que “habrá un justo que gobierne ENTRE los hombres, que gobierne en el temor de Dios” (2 Samuel 23:3). Y también dijo David refiriéndose a este justo: “… porque juzgarás a los pueblos con equidad y pastorearás las naciones EN la tierra” (Salmo 67:4).

Los apóstoles estaban muy conscientes de estas promesas mesiánicas y por eso ellos no dejaron pasar la oportunidad para preguntarle a Jesús: “Señor, ¿restaurarás en el reino a Israel en este tiempo”? (Hechos 1:6), a lo cual Jesús NO les respondió algo así como: “Oigan ustedes, ¡pero si yo ya estoy reinando en vuestros corazones! ¿Para qué quieren ustedes un reinado como el que tuvo vuestro rey David? ¡No, eso no fue lo que les contestó Jesús! El simplemente les dijo que a ellos no les tocaba saber los tiempos o las sazones que Dios puso para su sola potestad (Hechos 1:7). Es decir, Jesús validó sus expectativas por su futuro reinado literal y personal en Israel, aunque tuvo que aclararles que únicamente el Padre sabe cuándo se cristalizarán las promesas de antaño. Desgraciadamente algunos cristianos suponen que ese tipo de reinado es una expectativa sólo para la nación de Israel, pero no para la iglesia, la cual ellos creen que está ya reinando con Cristo desde el siglo primero. Esta es otra manera de no querer el reinado literal y visible de Cristo sobre ellos, lo cual es muy peligroso por cierto.

Buscando y pidiendo el reino de Cristo

Si Cristo ya estaba “reinando” en o entre sus discípulos, parecería extraño que él mismo les enseñara a pedir por la venida de su reino en la oración del “Padre Nuestro”. Sin duda Jesús aún no estaba reinando sobre ellos cuando estuvo entre sus discípulos, y simplemente se dedicó a predicarles su futuro reinado a través de sus parábolas del reino, y en particular, la de las Diez Minas.

La iglesia debe estar aún buscando y pidiendo el reino de Cristo para que se haga la voluntad de Dios en la tierra como se hace en el cielo. Sin duda en la tierra no se está haciendo la voluntad de Dios, ya que en lugar de paz y justicia y violencia e injusticia. Este simple hecho es suficiente para probar que el reino prometido aún no se ha establecido en la tierra, y que aún Satanás es el dios de este mundo, y que todo el mundo aún yace bajo el poder del maligno (2 Cor. 4.4; 1 Juan 5:19).







domingo, 26 de abril de 2009

INVIRTIENDO EL ORDEN DIVINO



Por el Dr. Javier Rivas Martínez (MD).

«Cuando se levantare en medio de ti profeta, o soñador de sueños, y te anunciare señal o prodigios, y si se cumpliere la señal o prodigio que él te anunció, diciendo: Vamos en pos de dioses ajenos, que no conociste, y sirvámosles; no darás oído a las palabras de tal profeta, ni al tal soñador de sueños; porque Jehová vuestro Dios os está probando, para saber si amáis a Jehová vuestro Dios con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma. En pos de Jehová vuestro Dios andaréis; a él temeréis, guardaréis sus mandamientos y escucharéis su voz, a él serviréis, y a él seguiréis. Tal profeta o soñador de sueños ha de ser muerto, por cuanto aconsejó rebelión contra Jehová vuestro Dios que te sacó de tierra de Egipto y te rescató de casa de servidumbre, y trató de apartarte del camino por el cual Jehová tu Dios te mandó que anduvieses; y así quitarás el mal de en medio de ti» (Dt. 13:1-5).

Evidentemente, según lo anterior, los prodigios y milagros, las palabras proféticas dadas para un determinado cumplimiento, no era garantía ni seguridad que su origen fuese divino, al menos quien los realizara, estuviese sujeto en palabra y obra a las demandas de los estatutos y mandamientos inalterables del benevolente Dios Invisible.

Hoy en día, la misma historia se repite, y es con los llamados maestros de la teología de la prosperidad, individuos que empujan al mismo y espantoso Lago de Fuego a millones de personas que integran las iglesias neo-pentecostalistas pseudo carismáticas, inútiles para discernir si los espíritus (hombres) que escuchan complacidamente o que realizan lo que parecen ser milagrosas obras que rompen la temática del orden natural y tridimensional, son de Dios o no, «porque muchos falsos profetas han salido por el mundo» (1 Jn. 14:1).

No cabe duda que un buen número de los actos asombrosos hechos por los maestros los de teología de la prosperidad tengan una raíz sobrenatural. El problema radica en que si estos hechos admirables no están respaldados con una doctrina sana, no solamente evocada sino además caminada con rectitud, tengamos sin miedo la seguridad de creer y decir que el Dios del cielo no está allí, sino «el dios de este siglo»: el diablo (2 Co. 4:4).

La Biblia muestra que Satanás es un maestro del engaño, un “señorón” de los mil y más disfraces, un “camaleón” empedernido, capaz de llevar a cabos actos extraordinarios que parecen del cielo, porque «…y no es maravilla (no es raro), porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz» (2 Co. 11:14).

En el Éxodo del Antiguo Testamento observamos como los hechiceros de faraón fueron capaces de efectuar lo que parecía ser los mismos actos sobrenaturales de Dios, ejecutados por sus intermediarios Moisés y Aarón, pero sólo se trataba de una imitación del poder de Dios (estúdiese por favor Ex. caps. 7, 8 y 9). Saber que el diablo respaldaba el sorprendente trabajo de los hechiceros, no resulta muy complicado en realidad. Era tan idéntica la emulación de los hechiceros que cualquiera persona que no estuviese familiarizado con los designios del Señor, caería “redondito y sin meter las manos” ante la magistral mentira, posiblemente, ¡hasta glorificaría a Dios por tan convincente ilusión! Es natural pensar que un hechicero jamás conciliará con el pensar de Dios, aunque levantase un hombre de entre los muertos, o transmutara la madera en oro en un chistar de dedos, porque « ¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga?» (Stg. 3:11), «…porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo?» (2 Co. 6:14-15).

«Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras» (2 Co. 2:15).

De la manera que Satanás simula con increíble perfección las verdades celestiales del Dios y Padre del pueblo cristiano para obtener con rotundo éxito sus condenables objetivos de impiedad, en un arrasador y plausible testimonio de falsos milagros provocados por su tremendo poder que reside en su naturaleza, aunque caída, angelical, también sus ministros y discípulos humanos se encubren como agentes de luz y misericordia pero que bíblicamente no dan “el visto bueno” por motivo de sus disformes y torcidos dogmas que promocionan en sus siniestras reuniones, foráneos a la santidad y el amor de Dios. Vemos en los textos que aparecen en un inicio de nuestro escrito, que la Palabra de Dios no puede, por regla espiritual inmutable, destronarse de su posición prioritaria.

Las señales milagrosas, la profecía que habla de acontecimientos futuros e ineludibles, jamás nunca fueron encumbradas o ensalzadas por los grandes hombres de Dios sobre las sagradas Escrituras. En las veces que fue así, como comenta Patrick Faibarn en su libro «La Profecía, Su Naturaleza, Función e Interpretación, pag. 23», «…era el signo más seguro de que se trataba de una pretensión falsa del don divino o una captación falsa o equivocada de la verdad».

Los maestros de la teología de la prosperidad se han encargado de que esta sucesión hereditaria de «falsa pretensión y percepción errónea» continúe tenazmente aferrada en el corazón de la iglesia neo-pentecostal y de reflejo carismático. Estos codiciosos y malintencionados maestros han invertido el papel fundamental de la enseñanza bíblica por el sensacionalismo extático que germina, entre otras cosas, aquellas “señales increíbles” que cuando se investigan normalmente no llenan el requisito para llamarse “milagros”. Ejemplos de esto, podrá usted querido lector investigarlo en el libro de Hank Hanegraaff, intitulado «Cristianismo en Crisis». En las páginas de este libro (a propósito, creo que con dificultad lo podrá encontrar en las librerías “cristianas”, y “el porqué”, no resulta nada extraño para el inteligente ejercitado en las cosas espirituales. Hay páginas en la Internet de donde se puede descargar…yo lo tengo en mi ordenador) se cuestiona a Benny Hinn de sus insolencias y pueriles estupideces habladas, de sus juicios irrelevantes, carnales y homicidas proferidos (1 Jn. 3:15), y de sus improbables milagros, producto normal de un “súper placebo psicológico verbal” que funciona a las mil maravillas en las personas histéricamente lábiles al “encanto faquírico” de estos patanes del pseudo carismatismo religioso neo-pentecostal. En este libro de “pedradas” y “tubazos” tampoco han escapado ilesos de la tremenda reprimenda los falsos maestros que enorgullecen las riquezas de esta pútrida y mal oliente tierra de pecado e iniquidad como son Kenneth Copeland, Morris Cerullo, Kenneth Hagin y otros más, cuyas predicaciones han sido inspiradas sin duda por su padre Satanás, estando por supuesto el Dios de Cristo no involucrado en su ultrajante mercadeo. ¿O es posible concebir a Morris Cerullo cómo un hijo de Dios cuándo dice?: “Satanás conquistó a Jesús en la cruz”, ¿o al exclamar él mismo?: “Usted no está mirando a Morris Cerullo a Dios, usted está mirando a Dios. Usted está mirando a Jesús”. ¿O qué me dicen ustedes amables lectores de las perversas y arrogantes palabras salidas de la boca del pastor de “chivos” Benny Hinn, sobajando con tanto desprecio la Soberanía del Dios glorioso de está manera?: “Nunca, nunca, nunca vaya al Señor a decirle: “Si es tu voluntad…” No permita que estas palabras destructoras de la fe salgan de su boca.” Y con respecto a la Soberanía de Dios, con impávida postura, Frederick K.C. Price, otro hijo del diablo, comenta con gran locura e ignorancia no más pequeña: “Dios tiene que recibir permiso para trabajar en este dominio terrenal en favor del hombre… ¡Sí, usted es quien tiene el control, así que si el hombre tiene el control, ¿quién no lo tiene ya? ¡Dios!” Pero algo que no tiene nombre, es lo que Kenneth Hagin dice con atrocidad acerca de Dios, igualándolo con los hombres mortales y necios en su igual de necio y asqueante comentario: “El hombre fue creado en términos de igualdad a Dios, y puede levantarse ante la presencia de Dios sin sentido alguno de inferioridad.” Por estas cosas, las gentes acuden a escuchar a estos ruines y mañosos apóstoles de Satanás que han idealizado un “dios” semejante a la imagen nefanda de los hombres pecadores y protervos, contrariamente a lo que muestra la Biblia en Gn. 1:26, aceptando por otro lado las tentadoras propuestas terrenales de los falsos pastores y maestros que gritan firmes y arrogantes “venir de Dios”. Cómo no han tenido un cambio espiritual radical en sus vidas, se muestran egoístas y mundanas aún todavía. Estas gentes integran en este día el desatinado gremio neo-pentecostalista, cuya dirección está trazada en la búsqueda del “poder celestial” con el exclusivo fin de resolver sus enfermedades físicas y toda clase de problemas por los que estén pasando, sean económicos, materiales, familiares y morales, esclavizadas en un evangelio barato y mutado que “predica otro Jesús” (2 Co. 11:4), centrado en primer lugar en la deflexión efímera del “fruto bondadoso” del sistema terrenal, sistema de los malignos modos inimaginables, totalmente desencajado de la expectativa y de la visión del glorioso Reino de Dios venidero. A esta clase de fanáticas y religiosas gentes, esto último, con pesar lo escribo, no se les ha inculcado lo que en realidad es. Ellas, como las otras gentes que viven «sin Dios y sin esperanza, ajenas a Cristo y al pacto de las promesas» (Ef. 2:12), no se agotan en buscar en lo material ese “algo” que llene sus vacías y aburridas vidas, huecas por las inmundicia y el desasosiego, sumidas en la rutina de un mover monótono y existencial, rechazando sin temor ni análisis por el Espíritu la Palabra de Dios que produce una transformación espiritual individual, para quien se esfuerza en alcanzarla; y la cuestión descansa, en el modo en que sus “centaveros” pastores y guías, amigos de la muerte y del Infierno, han invertido el papel de los mandatos y ordenanzas declarado por Dios; y aunque no lo invirtieran, por lo que sabemos, la palabra siempre hablada estará sideralmente lejos de brillar cual genuino diamante por razón de su acentuada “luxación.”

En sus invaluables letras, Pablo nos anima y nos alerta para no ser engañados por extrañas y sutiles doctrinas (Co. 2:8) que pudieran llevarnos por doquiera, fuera de los caminos del Señor, como errantes aerolitos, como “burros locos sin mecate”, «por estratagemas de hombres indolentes y malvados que para “entrampar” emplean con gran astucia los artificios del error» (Ef. 4:14).

El apóstol de Tarso advirtió de la aparición postrera de lobos rapaces que dañarían al «rebaño», no teniendo compasión de él (el pueblo de Dios). Dijo que hombres con «apariencia de piedad», es decir, hipócritas, hablarían cosas perversas para su propia conveniencia, para el provecho de sí mismos, de tal modo como lo hacen en este tiempo los egoístas y maestros de la teología de prosperidad, teología adulterada y embrionada en el cochambroso y aberrado pensamiento del apestoso Satanás, el ángel caído del la rebelión y de la desobediencia (véase con relación a esto: Hech. 20:29-30; Gal. 1:6-9; 1 Tim.4:1; 2 Tim. 3:5).

No podríamos olvidarnos en este sucinto y bien intencionado escrito de Carlos “Cash” Luna, famoso maestros y “malabarista” de la prosperidad teológica en Latinoamérica, oriundo de Guatemala. Carlos Luna es un hombre que ha pisoteado el nombre de Dios con obscenidades escupidas de su sepulcral boca, con habladurías y blasfemias que están fundadas en una religión sin relación vertical, que no es la Bíblica sino de la mente humana, mundana y pervertida. Como ejemplo tenemos para este caso, la llamada «confesión positiva» que “Cash” promociona en sus enervantes prédicas. «La confesión positiva» se caracteriza por la idealización mental de una situación material cualesquiera que se hará una realidad palpable y objetiva, con el simple hecho de pensarlo (“Piénselo y obténgalo”, o: «Mente sobre Materia»). El origen de «la confesión positiva» no es bíblica sino chamánica. Surge desde tiempos inmemorables de la antiquísima hechicería tribal. Arrostradamente, Carlos “Cash” Luna ha hecho de este pagano modo un “platillo especial” en sus disparatadas tertulias de “gloria al diablo burlador”.

No debemos pasar por alto los actos de mentira realizados por «Cash», los cuales han sido catalogados como “gloriosos milagros” pero que no cumplen legalmente lo que la Biblia demanda para considerarse como auténticos. La mente neurótica, fanática y religiosa, sobre todo la del seguidor neo-pentecostalista, cuando es manipulada hábilmente, es capaz de llevar a cabo con increíble facilidad tantas cosas fuera de lo ordinario, y cabe mencionar entre estas: la jerigonza, los caídas y temblores espectaculares, los gruñidos bestiales, los grotescos serpenteos en el suelo, las visiones místicas (paradisíacas, infernales o angélicas por estímulo “religioso” del lóbulo temporal causadas por un número preciso de neuro trasmisores), las curaciones de enfermedades psicosomáticas que se confunden con sanidades milagrosas de Dios. Teniendo esto presente, “Cash” no desaprovecha en ningún instante el factor psicológico para emplearlo con ventaja en su histérico y animado séquito, haciendo de las suyas como diestro titerero de la psique, a semejanza de un “Taurus do Brasil”, como lo hace entre otros el hipnotista sagaz John Milton que esclaviza a su voluntad a los inestables de carácter.

Pablo rebela que el diablo es un hacedor de milagros y prodigios mentirosos:

«Inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos…» (2 Ts. 2:9).

La razón del engaño, es para condenar aquellos que no recibieron el amor de la verdad para ser salvos:

«… y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos» (2 Ts. 2:9-10).

Pablo acá no se está refriendo con exclusividad a las personas inconversas que son engañadas por los magos y truqueros de otras religiones paganas fuera del cristianismo (para este tiempo están los gurús orientales y maestros de la Nueva Era que además están influenciando a muchos cristianos con sus absurdos y tentadores cuentos), que imponen manos para sanidades o someten a las gentes a estados tráncicos que experimentan muchas veces como un “contacto divino real” y que no deja de ser un “ensueño vívido” producido por una respuesta neuro química condicionada, sino a las que se hacen llamar equivocadamente “cristianas” y que están subyugadas a las erradas convicciones de los mal nombrados también “pastores y ungidos de Dios”.

Vimos al principio que es imposible alterar el orden estipulado por Dios en sus Escrituras. Tener por “cabeza” las pretensiones falsas que parten de una gaseosa imagen del don divino sobrenatural verdadero, según las Escrituras, por la Palabra de Dios llena de luz y certidumbre contradice los asuntos y negocios de él para con los hombres que le aman con humilde y contrito corazón. Si los maestros de la prosperidad llegaran un día a comprender correctamente las Escrituras, tengan la seguridad hermanos y amigos queridos que nos visitan que los sensacionalismos por trances hipnóticos inducidos y por milagros y portentos mentirosos terminarían en las iglesias neo-pentecostalistas en general. La obediencia saldría a relucir de las profundidades del abismo de la subversión satánica, para resplandecer hermosa y agradable delante del Dios que lo mira todo. Por desgracia, esto será muy difícil para que se vea de buena gana, y para empeorar todo, estos impíos hombres empujan a las gentes a ir «en pos de dioses ajenos», “dioses” muertos y sensuales que ofrecen eterna condenación, moldeados a los caprichos del corazón moderno y terrenal, “dioses” que desequilibran con enfermizo amor a los que componen las iglesias neo-pentecostalistas pseudo carismáticas:

«No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos» (Mt.7:21).

Recuerde fiel y santo hermano: La prueba es dura, pero sabemos que «es mayor es el que está en nosotros que el que está afuera, en el mundo» (1 Jn.4:4).

Amén.

¿CUÁL ES EL LUGAR QUE JESÚS ESTÁ PREPARANDO?




He aquí una concienzuda y reveladora explicación de un texto que ha sido mal comprendido. ¿Acaso dijo Jesús que irían al cielo los cristianos? Muchos en la actualidad creen que Jesús les dijo a sus discípulos que los cristianos pasarían la eternidad en “moradas” celestiales. Ellos citan Sus palabras encontradas en Juan 14:1-4.¿Acaso Jesús quiso decir que nuestra recompensa sería una morada en el cielo?


¿Cuál es la Casa del Padre?


En la casa de su Padre, dijo Jesús con toda claridad, hay muchas “moradas“. Si no fuera así, continuó, Él nos lo hubiera dicho. El vocablo griego vertido al castellano como “morada“, significa también habitación, aposento, un lugar de alojamiento, una cámara. Así, en la casa del Padre hay un número de habitaciones, aposentos o cámaras.Pero, ¿cuál es la casa del Padre? ¿Qué es lo que la Biblia dice ser la casa del Padre?


Cuando en cierta ocasión Jesús entró en el templo de Jerusalén, al ver que los Judíos vendían allí dentro palomas y ganado, les dijo: “Quitad de aquí esto, y no hagáis de la CASA DE MI PADRE casa de mercado” (Juan 2:16). Aquí se encuentra una sencilla definición de lo que es la casa del Padre.Más aun, el templo de Jerusalén era el tipo terreno (Hebreos 8:5) de la casa del Padre en el cielo. Lucas 19:46 e Isaías 56:7 también citan al Señor quien se refirió al templo con las siguientes palabras: “Mi casa es casa de oración...” Así, el templo de Jerusalén en los días de Cristo era un tipo de la casa del Padre en el cielo.Pero, ¿tenía el templo muchas “moradas” o aposentos? ¡Ciertamente! En Jeremías 35:2 leemos: “…Habla con ellos, e introdúcelos en la casa del Eterno, en un de los aposentos…“. En el versículo cuarto del mismo capítulo, notamos que diferentes aposentos estaban asignados a personas de diferente rango. Hanán, varón de Dios, tenía su aposento o habitación “junto al aposento de los príncipes, que estaba sobre el aposento de Maasías … guarda de la puerta“.Los varios aposentos o “moradas” corresponden con la jerarquía de las personas que los ocupan. Cada aposento del templo–un tipo de la casa de Dios– designaba no tan sólo la residencia de cada funcionario, sino que también indicaba su posición o colocación fuera este guarda de la puerta o un príncipe.Aun el comentador bíblico, Adam Clarke, anota en su comentario: “Nuestro Señor hace referencia aquí al templo, el cual se llamaba la casa de Dios, en cuyos atrios se encontraban un gran número de cámaras. Véase también 1 Reyes 6:5; Esdras 8:29 y Jeremías 36:10.


No Es el Cielo


En ninguna parte dice la Biblia que el “cielo” es la casa del Padre. ¡La casa del Padre está siendo construida EN el cielo, pero no está situada en el cielo! En ninguna parte dice que el cielo tiene “moradas”.El antiguo tabernáculo que Moisés construyera constaba de dos compartimientos, el interior, llamado Lugar Santo, era una reproducción exacta del trono de Dios–del cielo mismo. No tenía moradas. Léase Hebreos 8:5 y 9:1-7 para enterarse de cómo es el cielo.No, Jesús no se estaba refiriendo al cielo. Él hizo referencia a un lugar que estaba siendo preparado en el cielo.


¿Cuál es el lugar que Está siendo Preparado?


Consideremos ahora el resto de la conversación que tuviera Jesús con sus discípulos.Jesús dijo: “…voy, pues, a preparar lugar para vosotros…” Por las Escrituras aprendemos que Jesús se fue al cielo a la diestra del Padre, donde está actuando como nuestro “Sumo Sacerdote” (Hebreos 9:11).


¿Comprende usted lo que esto significa?


Otro deber del Sumo Sacerdote es la preparación de un lugar para cada uno de nosotros tal como Jesús lo prometiera a sus discípulos. La preparación de cada lugar se está efectuando en el cielo, pero Jesús no dijo que esos lugares eran una parte del cielo. La esposa prepara los alimentos en la cocina, pero los alimentos no son una parte de la cocina.Puesto que el cielo. el lugar donde está situado el trono de Dios, carece de aposentos o moradas, ¿cuáles son los “lugares” que están siendo preparados? ¿Nos dice la Biblia qué es lo que se está preparando?Existen solamente dos versículos en la biblia que nos dicen lo que está siendo PREPARADO. El primero se encuentra en Mateo 25:34. Aquí Cristo dijo: “Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo“. El otro texto se encuentra en Apocalipsis 21:2: “Y yo Juan vi la santa ciudad la nueva Jerusalén, descender DEL CIELO, de Dios, dispuesta (preparada) como una esposa ataviada para su marido“.El templo de Jerusalén que existía en los tiempos de Jesús, era un tipo del reino de Dios y de la Nueva Jerusalén.La Biblia dice que los únicos lugares que están siendo preparados son el Reino de Dios y la Nueva Jerusalén. Siendo que es el Reino y la Ciudad Santa los que finalmente son preparados para todos nosotros, entonces, entonces lo que Jesús está preparando para cada uno de los verdaderos cristianos, necesariamente tiene que ser el cargo (posición) en el reino y en la nueva ciudad, Jerusalén.Ahora es claro porqué Cristo se refirió al templo como un ejemplo del Reino de Dios y de la Nueva Jerusalén. El templo tenía aposentos que servían como oficinas para los varios residentes con diferentes posiciones o rangos. De la misma manera, cada uno de nosotros tendrá su lugar personal o posición en la Ciudad Santa, de acuerdo a qué tan eficientemente hayamos usado los talentos que se nos han sido dados por Dios. Entre más se venza en esta vida, más honorable será nuestro lugar en la Nueva Jerusalén y más importante y responsable será la posición que ocupemos en el reino.


¡La Casa del Padre Desciende a la Tierra!


Apocalipsis 21:2 prueba con toda claridad que la Ciudad Santa—la casa del Padre, o su hogar, puesto que Él la hará su Futura residencia (Apocalipsis 21:3 y 22:3)— es una de las cosas que Jesús está preparando ahora en el cielo. Dios el Padre y Su Hijo le han estado dando forma, ya que lo que el Padre hace, el Hijo hace lo mismo (Juan 5:19). Puesto que la ciudad desciende del cielo es allí en el cielo donde se está preparando, tal como Jesús dijo que lo haría.Nótese también, que la ciudad desciende del cielo. Nótese también que No dice que nosotros iremos al cielo.Veamos ahora lo que la Biblia dice acerca del Reino que está siendo preparado en el cielo, y que vendrá a la tierra. Jesús se fue de regreso al cielo a recibir el reino (Lucas 19:12). Él ha de estar preparándolo a la vez que está ocupando el puesto de Sumo Sacerdote.


Puesto que el Reino está siendo preparado para que todos nosotros lo heredemos, entonces el lugar en particular que cristo está preparando para cada uno de nosotros tiene que ser nuestra propia posición u ocupación en ese reino. Lugar significa posición, ocupación, rango, a la vez que sitio geográfico. Nuestro lugar o posición en el gobierno de Dios dependerá del puesto (ocupación, empleo) que ocuparemos. Cristo tiene el primer lugar, puesto que Él es el Rey de reyes. Todos nosotros ocuparemos lugares secundarios, posiciones inferiores bajo su autoridad.


El Reino de Dios es el gobierno de Dios, cuyos miembros irán a nacer de Dios


Al ser nacidos de Dios quiere decir que todo el reino, viene a ser la familia de Dios. “…el que no naciere de agua y del espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.” (Juan 3:5). Esta es la razón por la cual Jesús usó el antiguo templo como un tipo físico de la familia espiritual o del Reino de Dios.Ahora se está haciendo más obvio el por qué nuestro lugar o posición en el gobierno de Dios ha tenido que ser preparado en el cielo por el mismo Jesús. No podíamos haber recibido el Espíritu Santo, el único medio por el cual podemos entrar en el reino, hasta que Cristo ascendiera al cielo (Juan 16:7).


La manera como Cristo prepara nuestro lugar o posición en el reino es siendo nuestro Sumo Sacerdote, intercediendo por nosotros y dándonos el Espíritu Santo. Los lugares y posiciones—las responsabilidades de la ocupación—están siendo preparadas a la vez que nosotros somos adiestrados y educados para ocupar dichos puestos. Jesús, como nuestro Sumo Sacerdote, ha estado llamando, justificando, y perfeccionando a cada uno de nosotros para su Reino, y así cuando el Reino de Dios venga a la tierra (Mateo 6:10), cada una de sus posiciones o puestos estarán debidamente preparadas para ser ocupadas por cada uno de nosotros. Si Cristo no estuviera en el cielo actuando como nuestro Sumo Sacerdote, el reino no estaría preparado. No habría nadie capacitado para ocupar sus diferentes posiciones.


Volveré Otra Vez


Cristo tenía que irse al cielo, pero antes de partir Él dijo: “Y si me fuere y os preparare lugar, VENDRÉ OTRA VEZ, y os tomaré a mi mismo, para que DONDE YO ESTOY, vosotros también estéis.” (Juan 14:3). ¡Aquí tenemos la promesa de Jesús de que Él volvería otra vez!Jesús volverá del cielo en la nubes. Nosotros iremos a encontrarle en el aire (1 Tesalonisenses 4:15-17). En este tiempo Jesús nos dará a cada uno nuestra posición o responsabilidad en el reino, de acuerdo con lo que hagamos con lo que se nos ha dado. Algunos recibirán una recompensa oposición pequeña por no haber crecido espiritualmente como deberían haberlo hecho. Estúdiese la parábola en Lucas 19:12-27.Una vez que hayamos recibido nuestras responsabilidades, descenderemos juntamente con Jesús al monte de los Olivos en ese mismo día. Este día es el mismo en que Cristo vuelve a la tierra, no en el que regresa al cielo (Zacarías 14:4). ¡El viene a establecer el Reino sobre la tierra! Comoquiera que nosotros heredemos el reino, nosotros, también, estaremos en la tierra, no en el cielo.Es así entonces que los cristianos no van a ir al cielo. Vamos a estar con Jesús aquí en la tierra— “Para que DONDE YO ESTOY, vosotros también estéis“. Estaremos gobernando a las naciones juntamente con Cristo (Apocalipsis 20:4). Y después de esto, la Nueva Jerusalén desciende del cielo a la nueva tierra. Aun el padre mismo habitará entre nosotros aquí en la nueva tierra donde viviremos y reinaremos por los siglos de los siglos.No es extraño entonces que Jesús dijera que los mansos recibirán la tierra por heredad (Mateo 5:5).






LOS CASOS SOSPECHOSOS DE GRIPE PORCINA SE EXTIENDEN POR EL MUNDO


Los casos sospechosos de gripe porcina en personas procedentes de México se extienden por el mundo y hoy las autoridades sanitarias han informado de posibles infectados en Nueva Zelanda, España, Francia e Israel.

Tras los últimos datos procedentes de México, donde se han contabilizado 81 muertes sospechosas y 1.324 pacientes en estudio, y EEUU, donde se han detectado once casos, aunque se investigan otros, como 75 estudiantes de Nueva York, la propagación del virus parece ya global.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), que ya alertó ayer de una posible pandemia e instó a la comunidad internacional a redoblar la vigilancia, tiene previsto informar hoy de la situación.

Diez estudiantes neozelandeses pueden haber contraído el virus tras haber visitado México, indicó hoy el ministro de Sanidad neozelandés, Tony Ryall, quien añadió que aún no hay confirmación oficial.

Un joven israelí de 26 años se presentó hoy en un hospital donde quedó ingresado en la ciudad de Natania, al norte de Tel Aviv, días después de regresar de México con síntomas de gripe.

En España, el Ministerio de Sanidad ha detectado tres casos sospechosos de gripe porcina en personas que han vuelto de México en los últimos días, informó hoy la ministra, Trinidad Jiménez.

Los tres casos han sido detectados, uno anoche y otros dos esta madrugada, en Almansa (Albacete), Bilbao y Valencia, donde permanecen ingresados en centros sanitarios, y hasta pasadas 48 horas no se podrá determinar qué tipo de virus les ha afectado.

También las autoridades francesas examinan dos casos sospechosos en personas procedentes de México, anunció hoy el director general de Sanidad, Didier Houssin. Hay "dudas, no confirmadas, sobre dos personas procedentes de México", dijo Houssin, quien agregó que "no van a faltar otros casos" dado lo "numeroso" de los desplazamientos entre Francia y México.

Entre los países que han anunciado hoy medidas especiales de control aeroportuario para los pasajeros figuran China y Rusia, al igual que hiciera ayer Japón, que hoy recomendó a sus ciudadanos que reconsideren sus viajes a México, precaución similar a la que están lanzado en las últimas horas las autoridades de otros países.

Corea del Sur, que decretó ayer la alerta, exigió hoy que se tome la temperatura y se compruebe si padecen problemas respiratorios los pasajeros de los aviones procedentes de Los Angeles, Dallas y Atlanta (EEUU).

Los síntomas de la enfermedad, una variante de la tradicional cepa H1N1 que mutó de los cerdos a los humanos, son fiebre alta, tos, dolor de cabeza intenso, dolores en músculos y articulaciones, irritación de los ojos y flujo nasal.

Las autoridades sanitarias del resto de los países americanos continúan pendientes de la situación en México y EEUU tras activar planes sanitarios de emergencia.

A Venezuela, Argentina, Costa Rica, Honduras y la República Dominicana se unieron Brasil, Chile, Perú, Colombia, Ecuador, Guatemala, Nicaragua, El Salvador y Panamá en la activación de los protocolos que incluyen los controles en los puertos y aeropuertos sobre aquellos pasajeros provenientes de México.

Además, Filipinas y Corea del Sur, entre otros, han anunciado el endurecimiento de las medidas sanitarias e inspecciones a las importaciones de carne de cerdo procedente de EEUU y México. EFE

lunes, 20 de abril de 2009

EFRAISMO REFUTADO



EFRAIMISMO REFUTADO

Hemos visto aparecer un nuevo viento de doctrina, conocido alternativamente como “Efraimita”, “Restauración de la casa de Israel”, “Doctrina de las dos casas” o solamente “Mesianismo” sin usar el término de “Judaísmo” antes o simplemente “Israelismo”. Los proponentes de estas doctrinas sostienes que un segmento importante de los “Los nacidos de nuevos”, la iglesia cristiana, son de hecho descendientes por consanguinidad de los antiguos israelitas que resultaron exiliados en la invasión Asiria a Israel en el 722 A.E.C. Los principales proponentes, de este movimiento son la Sra. Batya Wooten y Marshall o el llamado “Moshe” Koniuchowsky.

Los proponentes de esta doctrina han buscado dar respuesta a cuestiones aparentemente no respondidas claramente en las Escrituras acerca de las relaciones de la iglesia Gentil e Israel, mediante la especulación seudo – histórica, en especial lo relacionado con el mito de las “Diez tribus perdidas”. Este mito fue responsable de la creación de algunas denominaciones fundadas a fines del siglo XIX y comienzos de siglo XX como lo son el “Israelismo Británico”, y la “Iglesia de Jesucristo de los Últimos Días”.

El rabino Shaul en Hechos capitulo 17 verso 11 nos recomienda: “escudriñar las Escrituras para ver si estas cosas eran así…” y buscar “todo el consejo de Dios” del que hablaba en 20:27 del mismo libro.

Hemos compartido nuestras inquietudes con los líderes del moviendo Judío mesiánico internacional y hemos percibido que el Ruaj HaKodesh ha puesto un mismo sentido en el análisis de estas doctrinas teniendo todos la convicción de que no está alineada con la palabra de Dios tanto de la Tanaj como de los Escritos Apostólicos de Habrit Hajadashá, por lo que concluimos que no es Revelación sino doctrina de hombre

¿Exégesis o Eisegesis?

Exégesis sobre el texto bíblico conlleva el mensaje que el Eterno tiene para los destinatarios originales del mismo el cual debe ser respetado cuando buscamos elaborar doctrinas para otras generaciones, mientras que la Eisegesis busca “acomodar” el texto original a doctrinas previamente formuladas. La Sra. Batya Wooten y Marshall “Moshe” Koniuchowsky construye su teología de la iglesia como el “Israel Físico” sobre sospechosas lecturas tipológicas y gramaticales de la historias de los patriarcas bíblicos y la caída del reino norteño de Israel el año 722 a.e.c.

Melo Ha Goyim

La traducción “su simiente será multitud de los pueblos” es una traducción literal que nunca los intérpretes rabínicos interpretaron multitud de gentiles, más bien en su contexto y por los variados significados de la palabra Melo como “su simiente será famosa entre los pueblos”. Por otro lado la palabra Goy no siempre se refiere a gentiles o extranjero, también significa pueblo. La Sra. Batya Wooten argumenta que la promesa de Jacob a Efraim, predijo la trasformación de los Efraimitas en gentiles y afirma que la Escritura todas las veces que la palabra Goy se refiere a gentiles o a naciones gentiles. Esta afirmación es incorrecta, tanto en la Biblia Hebrea como los Escritos Apostólicos (Brit Jadashá) la palabra Goy puede referirse a nación (en castellano) o Ethnos (en griego); también puede referirse a nación gentil o extranjera o también referirse a la nación de Israel.

El termino Goy es usado para referirse a la nación de Israel o al pueblo Judío en Éxodo 19:6; Duet. 32:28; 32:45; Josué 10:12-13; Isa. 1:4; Isa 26:2; Jer: 31:36; Sofonia 2:9. S nos detenemos en Jer. 31:35 (36Rv) “Si llegaran a faltar estas leyes delante de mi, dice el Eterno, también faltaría la descendencia de Israel, y dejaría de ser para siempre una nación Goy delante de Mi”.

En los escritos Apostólicos Griegos (Brit Jadashá) se utiliza la palabra Ethnos para referirse al pueblo Judío en Lucas 7:5; 23:2; Yojanan 11:48-52; 18:35; Hechos 10:22; 24:2,10 17; 26:4; 28:19; 1º de Corintios 10:18; Filipenses 3:5

La primera afirmación de La Sra. Batya Wooten de que Goy o Goyim siempre se traduce como Gentil, Extranjero o Gentil es incorrecta. Basados en este error, tanto Wooten como Koniuchowsky argumenta que todas las bendiciones a los herederos físicos de Abraham y José son de hecho, bendición prometidas a gentiles. Pero debido a que la premisa (siempre Goy quiere decir Gentil) es errónea, la conclusión también errónea.

El polvo de la Tierra

Otra piedra fundamental de esta enseñanza es que ízale histórico y social no puede cumplir las promesas de la multiplicidad física para que fuera igual “a la arena del mar” el “polvo de la tierra” o las “estrellas del cielo”. Tal lectura súper literalita de estas frases la cual rige su sentido común de interpretación ignora la escritura. En 2a Crónicas 1:9 declara que el pueblo sobre el cual reino Shlomo Hamelej era “numeroso como el polvo de la tierra”. Isaías 10:20 también se refiere al pueblo de Israel siendo “como la arena de mar” en número. Reconocer el uso de la hipérbole como recurso literario en la Biblia no es materia de “espiritualización” de las promesas como Wooten y Koniuchowsky sostiene. Es materia de conocer los recursos retóricos utilizados por los escritores bíblicos.

Universos Paralelos

Lo más importante de esta enseñanza es su visión sospechosa de la historia. En uno de sus escritos que aparecen en el Internet, Wooten argumenta que las tribus norteñas israelitas tomadas cautivas por los Asirios en el 722 a.c. “… Nunca más fueron llamados judíos...”

Para la Sra. Batya Wooten los exiliados del reino del norte automáticamente se convirtieron en Gentiles. Wooten y Koniuchowsky tratan de establecer que los miembros de las antiguas tribus del reino del norte nunca más pudieron ser llamados judíos en el periodo post exilio. Si eso es cierto, entonces podíamos preguntarle cual es la explicación que ellos dan de ¿Cómo pudo Dios permitir que 10 de las 12 tribus de (85%) de pueblo de Dios fueran aniquiladas?

La repuesta obvia es que Dios no permitió tal aniquilación, por lo cual Wooten y Koniuchowsky tratan de demostrar que estas “tribus perdidas” estaban ocultas y son los “cristianos”. No habían sido aniquiladas, sino que estaban esperando estos tiempos de cumplimiento profético para revelar su verdadera naturaleza. Como Wooten declara en el Internet, Dios permitió que se mantuvieran ocultas entre las naciones. El les permitió ser el “Israel Gentil”. El intento de Wooten es hacer una fuerte distinción entre judá post – exilo e Israel citando a Jeremías 11:10 “la casa de Israel y la casa de Judá quebrantaron mi pacto…” Basada en este fraseo sostiene que hay dos casas distintas.

En esta interpretación nuevamente se están subestimando los recursos literarios que aparecen en la Biblia, refiriéndose separadamente a Efraín a Judá, o Israel, pero cuando aparecen esos términos separados no son para separarlos, es un paralelismo que se usa para igualarlos, es un modo poético de hablar sinónimamente para los dos grupos. Como cuando el salmista canta “Dios es conocido en Judá; y su nombre es grande en Israel” (Salmo 76:1), la intención no es separar a Israel de Judá sino de igualarlos.

Otros ejemplos los encontramos en Salmo 114:2; Isa.5:7; Jer.23:6; 50:20; Os.5:12-14; 8:14; 11:12; 12:1-2; Miq 1:5; Mal 2:11.Jer.23:3.

¿Quién es Israel?

Wooten y Koniuchowsky aportan evidencia contradictoria para explicar como todos los creyentes cristianos a través de la historia serian físicamente descendientes de los antiguos exiliados israelitas norteños. A veces argumentan que toda la población de la tierra son físicamente descendientes de Israel y otras veces hacen concesiones de que “quizás hay algunos verdaderos gentiles entre los creyentes” (Full Restoration” de Koniuchowsky y “Olive Tree” de Batya Wooten). A veces llaman a los seguidores creyentes en Yeshúa “otra secta del Judaísmo” sin explicar ¿cómo pueden ser secta de Judaísmo sin ser judíos? Esto es evidentemente contradictorio.

Wooten después confunde más las cosas afirmando que los gentiles se transforman automáticamente en efraimitas en el momento en que son “injertados” al árbol de olivo de Israel y no antes. En su esfuerzo por encontrar una explicación convincente de que los gentiles son los descendientes naturales de los antiguos israelitas entran en esta contradicción.

¿Qué dicen acerca de la Genealogía?

Aparte de las hipótesis de que toda la raza humana desciende de una familia común que pudieran respalda los conceptos bíblicos de una pareja ancestral, no es sostenible una teoría que afirme que toda la humanidad descienda de un solo individuo, en este caso de Abraham Avinu convirtiéndolo en un “nuevo Adán”. Sabiendo lo débil de esta teoría, Wooten trata desesperadamente de apoyarse en otro Angulo, argumentando que los actuales seguidores de Yeshúa no identificados con el efraimismo, aunque considerados gentiles, son descendientes físicos de los primeros judíos y samaritanos que siguieron a yeshúa.

Estos no son efraimitas según la definición de la señora Wooten; todos estos argumentos encierran una mezcla de argumentos contradictorios que prácticamente hacen insostenible a esta doctrina, desde el punto de vista estadístico (probabilidades) e históricos, pues no hay argumento genealógico ni registros históricos que confirmen esa interpretación de la Escritura.

Otro aspecto que debemos destacar en cuanto a a la propuesta de Wooten y Koniuchowsky es la afirmación de que los descendientes físicos de las tribus del antiguo Israel unido, se encuentran dispersos en Occidente. No obstante, si alguna persona cristiana de hoy puede sentirse con derecho a proclamarse descendiente de los primeros judíos seguidores de Yeshúa, serían los cristianos del norte de África, de Chipre, de Egipto, de Siria de Etiopia y de la misma Palestina, la mayoría de ellos de raza distinta a la raza blanca.

Sin embargo, la doctrina de Wooten y Koniuchowsky enfoca su esperanza, principalmente en los pueblos de raza blanca y reservado a las etnias de Palestina y del norte de África, promesas de aniquilación. Wooten y Koniuchowsky pretenden concluir que los argumentos acerca de la herencia de Israel, reservadas mayoritariamente a los descendientes de las 10 tribus “perdidas” o Efraín son argumentos “físicos” y no “espirituales”. Físicos, pues están relacionados con una herencia genética (para lo cual no presentan evidencia probatoria) pero los argumentos son totalmente subjetivos, “cuando lo conoces en tu convicción” como afirma la señora Wooten en sus escritos “Olive Tree”, “Muddled” y “Who is Israel”. Ahora que sus argumentos son débiles por la vía física, debieran decidirse por la vía espiritual, vía que no aceptan al basarlos, fundamentalmente, en un enfoque racial.

Este enfoque racial que existe “solo si tú lo conoces en tu corazón” resulta realmente controversial y a nuestro modo de ver, desesperado. Como conclusión debemos decir que el parentesco que tradicionalmente está establecido entre los judíos de todas las generaciones difiere drásticamente de las “nuevas” relaciones de parentesco formuladas por Wooten y Koniuchowsky. Los judíos establecen su parentesco sobre la base de compartir memorias comunes soportadas por una rica historia de literatura, arqueologías evidencia epigrafa (incripciones y escrituras antiguas), lo mismo es valido para distintos grupos y etnias de todo el mundo que se mantienen unidos sobre tal base (gitanos, samaritanos, indios americanos, rusas, las comunidades judías sefaradies y askenazis, mulsumanes shiitas y sunitas, etc., etc.). En el caso judío el factor de unidad no es basado en una raza sino en una selección, de una decisión de compartir elementos comunitarios, culturales, religiosos e históricos.

Todo Israel

A pesar de sus argumentos, la Biblia nos dice que mucho de las tribus del reino de Israel se reconciliaron con el reino del Sur tanto antes como después del exilio, basado en esto es que la Biblia sostiene que los judíos actuales representan a “todo Israel”, el termino Israel gentil usado por la señora Wooten es un contrasentido en términos del universo de las ideas bíblicas, no obstante Wooten considera un contrasentido el termino Cristiano Gentiles.

Jeremías 30:10 se dirige a los exiliados Judáitas “tu, pues, siervo mió Jacob, no temas dice el Señor; no te atemorices Israel, porque he aquí yo soy el que te salvo de lejos…” Jeremías 31:17-20 reporta que Efraín se arrepintió (tiempo pasado) y describe a Efraín avergonzándose de sus propios actos. Esdras 2:70 declara, refiriéndose a los que retornaban del exilio babilónico, que “Habitaron los cohanim, los leviim, los del pueblo, los cantores y los sirvientes del Templo en sus ciudades. Todo Israel habito pues, en sus ciudades”. 1ª de Crónicas 9:2 dice, hablando de los repatriados de Babilonia, que “Los primeros habitantes que entraron en sus posesiones en la ciudades, fueron israelitas, cohanim, livim y sirvientes del templo”.

Zacarías a los retornados del imperio Medo – Persa como “… casa de Judá y casa de Israel…” (Zac. 8:13) y los distingue del pueblo de las naciones. En el capítulo 8 de Zacarías hay promesas para el pueblo de Dios y no precisa si son únicamente para Judá y no aplicable a Israel. Los que retornaron del exilio se identificaban como judíos y pueblo de Israel pues ello afirmaban el reino teocrático de Dios centrado en Jerusalén, la capital del antiguo reino unido de irreal y posteriormente de Judá (Yejudá).

La frase “pueblo Judío” se transformo en el titulo para todo Israel, el término “Judío” acompañado a todos los que fueron tomados cautivos por los babilonios, tanto antiguo israelitas como judíos, el “remanente de Israel” (Jer. 31:7; Cf. Jer. 50:33).
Neh. 12:47 reporta: “y todo Israel, en día de Zorobabel, y en días de Nehemías, daba alimentos a los cantores y a los porteros, cada cosa en su día. Daniel 9:11 y Lamentaciones 2:5 se refieren a “Israel” y a “todos Israel” como los cautivos de Judá por los Babilónicos. En los tiempos de los escritos de Ester, el término “Judío” derivado de Judá, se aplico a miembros de la tribu de Benjamín.

En El Tobito Griego 11:17 en una clara referencia a los exiliados asirios se declara “… en ese día había regocijo entre todos los judíos que estaban en Ninive”.

Esta designación se difundió tanto en el tiempo del periodo helénico, el término Judío identificaba a los integrantes de las antiguas tribus que permanecían en la diáspora y quienes afirmaban un sistema religioso común. Por lo anteriormente expuesto, la afirmación de la señora Wooten de que después del exilio asirio los israelitas nunca más fueron llamados judíos por los escritores bíblicos, es falsa.

Israel en la Era Apostólica

Sabemos que los escritos apostólicos reflejan los usos helenísticos. En Hechos 2:22 Kefa, llamado Pedro se dirige a los judíos congregados en Jerusalén para la fiesta de Shavuot como “varones israelitas”. Igualmente ocurre en Hechos 2:36 llamándolos “casa de Israel”; Hech.4:10 “pueblo de Israel”; Hech. 5:21 “hijos de Israel”; Hech.10:36 y 21:28 “Israelitas”. En Hechos 13:24 se registra la proclama de Yojanan Hamatvil (Juan el inmersor) del “bautismo de arrepentimiento” a “todo el pueblo de Irreal”. En Hechos 26:7.

Shaul, llamado Pablo dice que la promesa de Elohim dio a los padres (patriarcas) es una “promesa cuyo cumplimiento esperan (tiempo presente) que han de alcanzar nuestras doce tribus, sirviendo constantemente a Dios, de día y noche”. Y en ninguna parte se nombra a Israel para designar a unas supuestas “tribus perdidas” pues están activas y ocupadas, “sirviendo constantemente a Dios, de día y de noche”. Lucas 2:36 menciona a Ana como perteneciente a la tribu de Asher, por lo visto Ana, siendo de una de las tribus norteñas no se asimilo ni se convirtió en gentil. Rabino Shaul. Llamado Pablo se identifica como de la tribu de Benjamín (Romanos 12:1 y Fil. 3:5).Aquellos miembros de la tribu no judía mantenían en su memoria las afiliaciones tribales originales. Y el propio Mesías Yeshúa llama a sus seguidores judíos a sentarse “sobre los doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel (Mat. 19:28; Lucas 22:30), siendo su función la de ser representantes de todas las doce tribus de Israel.

Los Escritos Apostólicos del Habrit Hajadashá no hacen ninguna mención al rescate de los Efraimita perdidos. Al contrario presentan la unión con los gentiles como algo nuevo, como un mover inesperado en la historia de la redención y el inicio a la presente era final del plan de redención divina. En Romanos 11:17-14, Rab. Shaul declara que la salvación ha venido a los gentiles para ocasionar celo a Israel, si los gentiles son Israel. ¿Cómo puede Israel poner celoso a Israel? Notemos que Pablo hace una clara distinción a lo largo de sus escritos, entre Gentiles y Judios. Los Judíos Mesiánicos de Iberoamérica se identifican con el actual pueblo Judío y aspiran que Israel progresivamente vaya identificándose más y más con Yeshúa el Mesías de Israel y del mundo, para que en su retorno todo Israel congregado en Jerusalén, la capital del Reino Mesiánico le puede decir al único Judío que aun está exiliado: el Rey Yeshúa.

Peligros de este Movimiento Religioso

Lo que preocupa e inquieta del Efraimismo es la imagen que está proyectando hacia el futuro, pues aparte de su reclamo doctrinal de que los Efraimitas son el Israel físico, también esperan algún día tomar el control territorial del 10/12, más del 80% del territorio de Israel y tomar los territorios de los antiguos limites tribales de Israel. Han creado “un enemigo” que incluye a los actuales judíos que ocupan los territorios que pertenecen a los Efraimitas. Para los palestinos, ellos plantean su total erradicación de Israel. En las páginas de sus escritos asumen algunas veces en forma implícita y otras veces explícitamente que la tierra les pertenece (junto a los judíos quienes son “minoritarios” con solo 2/12 del territorio). Para los proponentes de de “las dos casa “la tierra de Israel “es su tierra.

Supremacía Blanca

Unos de las mayores coincidencias entre los Anglo-Israelitas y la “teoría de las dos casas” es el elemento racial encontrado en ambas. La señora Wooten agrega otros términos raciales como “linaje de sangre israelita”, aunque está consciente de la disolución de los linajes sanguíneos” y se refiere a los judíos actuales (al igual que lo hacen los mormones) como “Judíos biológicos”.

Podemos afirmar con el respaldo de la Escritura, que la relación de Dios con Israel no es racial. El pueblo histórico-social de Israel nunca reclamó supremacía racial sobre la base de su relación de pacto con Dios. Las familias de los patriarcas eran integradas por individuos provenientes de diferentes etnias de entre los pueblos. Moisés, David, Salomón integraron a Israel a distintos grupos, tribus y pueblos que se unieron a los judíos en distintas épocas, por lo que no se puede hablar de una pureza racial israelita como si fuera un verdad absoluta. La identidad judía no está basada en deliberaciones raciales sino en una memoria comunal compartida y la escogencia de un destino común.

La misma exégesis, las mismas etimologías controvertidas, las mismas historias construidas, el mismo enfoque racial blanco anglosajón, los mismos argumentos contra la iglesia y contra los judíos hacen que los paralelos sean inequívocos e innegables. Wooten y Koniuchowsky. Han construido su teoría de de “las dos casas” con la misma arena de la teología anglo-israelita, por lo cual la inquietud y el interés que esto levanta entre los judíos, sean mesiánicos, rabínicos o seculares y en los cristiano no Judíos. Es evidente. En conclusión el mensaje efraimita desvaloriza el gran poder de los Escritos Apostólicos del N.T cuando trata de cambiar el mensaje de confianza y esperanza para todos los pueblos sin importar su herencia, su procedencia, color o condición de vida, por un mensaje racista o un plan de salvación basado en la raza de los pueblos que están ligados genéticamente por consanguinidad con el pueblo judío.

Rab. Eliézer Bograd
Sinagoga Bet El Shadai
Caracas,
Veenzuela

viernes, 17 de abril de 2009

¿SON DISTINTOS EL EVANGELIO DEL REINO Y EL DE LA GRACIA?



Para las escuelas de teología comprometidas a la creencia en la palabra autoritativa de la Escritura, hay otras formas de evadir el Evangelio del Reino. Una tradición popular del Evangelio ha erigido un esquema por el cual el Evangelio del Reino no es específicamente el Evangelio de salvación para ser ofrecido ahora a los creyentes potenciales. Es un sistema conocido como “dispensacionalismo”. Todos los estudiantes de la Biblia reconocen que Dios destinó diferentes acomodamientos o “dispensaciones” para los diferentes períodos de la historia. La dispensación Mosaica, por ejemplo, hizo distintas exigencias en los fieles de aquellas requeridas bajo el Evangelio del Nuevo Testamento. Pero el “dispensacionalismo” va más lejos. Sostiene que el Evangelio del Reino fue predicado por Jesús sólo a los judíos, hasta que ellos rehusaron la oferta del Reino; después de lo cual un Evangelio diferente, el Evangelio de la gracia, fue introducido por Pablo. La teoría sostiene luego que el Evangelio del Reino será reinstalado siete años antes del regreso de Cristo, un tiempo cuando, de acuerdo también con el dispensacionalismo, la Iglesia habrá sido removida de la tierra por el así llamado “rapto pretribulacional.”

El sistema dispensacionalista ha sido impuesto a la fuerza en el texto de la Escritura en los intereses de una teoría ajena a la Biblia. Como hemos señalado, Lucas hizo todo lo posible para demostrar que el Evangelio de Pablo no era diferente al de Jesús. Ambos hombres predicaron el Evangelio acerca del Reino. Pablo, en contra del dispensacionalismo, no supo nada de una diferencia entre “el Evangelio de la gracia” (Hechos 20:24) y “predicando el Reino” (Hechos 20:25). Él deliberadamente los iguala. Como dice F.F. Bruce: “es evidente de una comparación de Hechos 20:24 con el siguiente verso que la predicación del Evangelio de la gracia es idéntica con la proclamación del Reino.” Esta prueba incontrovertible es rotundamente contradicha por el dispensacionalismo contemporáneo. Dr. Erwin Lutzer, de Radio Moody Church Ministries, afirma: “creo que el evangelio del reino es diferente al evangelio de la gracia de Dios… el evangelio de la gracia de Dios no tiene nada que ver con el Reino per se.” Pero esta confusión del único Evangelio de la salvación fue aprendida de la tradición no examinada, no de la Biblia. Por medio de presentar “dos formas del Evangelio,” los dispensacionalistas han inventado una muy desafortunada distinción que no existe en el texto bíblico.

El dispensacionalismo formalmente cancela el Evangelio como Jesús lo predicó. ¿Pudo haber sufrido la iglesia un mayor desastre que este acortamiento sistemático del propio Evangelio de Jesús que El predicaba? A.C. Gaebelein fue un exponente destacado de la teoría del “evangelio dividido”. En lo referente a las palabras de Jesús en Mateo 24:14, “Este Evangelio del Reino será predicado en todo el mundo para testimonio a todas las naciones,” él escribió:

La predicación que es mencionada es aquella del Evangelio del Reino, pero ese Evangelio no es ahora predicado, pues predicamos el Evangelio de la gracia…Con la lapidación de Esteban la predicación del Evangelio del Reino cesó. Otro Evangelio fue predicado. El Señor se lo dio al gran Apóstol. Y Pablo llama a este Evangelio “mi Evangelio”. Es el Evangelio de la Gracia gratuita de Dios para quienes crean, el evangelio de la Gloria de Dios…Ahora, durante el tiempo en que el Reino fue predicado como que estaba a la mano, el Evangelio de gracia no se oyó, y durante el tiempo en que el evangelio de gracia es predicado, el Evangelio del Reino no es predicado.

Por este extraordinario disparate exegético, el Evangelio Cristiano del Reino fue descartado de la corte —descartado como suspendido, y decretado inaceptable para el tiempo actual. La situación parecería demandar un arrepentimiento profundo y el restablecimiento del Evangelio completo de Jesús en el corazón de evangelismo. ¿Puede haber tal cosa como una evangelización que no sostiene en el más alto honor y énfasis el mismo Evangelio anunciado por Jesús y ordenado por la Gran Comisión hasta el fin de la era? Si Pablo hubiera predicado de hecho, como Gaebelein dice, “otro Evangelio”, él se habría puesto bajo su propia maldición (Gál. 1:8, 9). Él habría estado violando las instrucciones de Jesús de que Sus enseñanzas debían ir al mundo entero.

El artículo sobre “el Evangelio” en el Diccionario de la Biblia de Unger representa la misma tendencia común dispensacionalista de desviarse del Evangelio como Jesús lo predicó. Esta clase de pensamiento acerca del Evangelio y de la salvación ha tenido una inmensa influencia, particularmente en América, pero sus efectos son sentidos a todo lo largo del mundo evangélico: Las formas del Evangelio a ser diferenciadas.


Muchos maestros de la Biblia hacen una distinción en lo siguiente:

(1) El Evangelio del Reino. Las Buenas Nuevas de que el propósito de Dios es establecer un reino terrenal de un intermediario en el cumplimiento del pacto Davídico (2 Sam. 7:16). Dos proclamaciones del evangelio del reino son mencionadas, una, pasada, comenzando con el ministerio de San Juan Bautista, llevado a cabo por nuestro Señor y Sus discípulos, y que termina con el rechazo Judío del Mesías. La otra predicación es aún futura (Mat. 24:14) durante la gran tribulación, y que presagia el Segundo Advenimiento del rey.

(2) El Evangelio de Gracia de Dios. Las Buenas Nuevas de la muerte, sepultura y la resurrección de Cristo como fue provista por nuestro Señor y predicado por Sus discípulos (1 Cor. 15:1-4).

La trágica supresión del Evangelio del Reino es evidente en la Nueva Biblia de Referencia de Scofield en Revelación 14:6. El sistema de la definición del Evangelio descrito en esta nota ha afectado la totalidad de la presentación evangélica de la salvación, aun donde Scofield no está específicamente reconocido. Scofield empieza por definir el Evangelio salvador como el Evangelio de la gracia de Dios, el cual, él sostiene, está recluido a los hechos acerca de la muerte y la resurrección de Jesús. Scofield luego procede a hablar de “otro aspecto de las buenas noticias”, el “evangelio del Reino”. Somos informados de que Cristo predicó este Evangelio del Reino en Su primera venida, y “será proclamado durante la gran tribulación”. Scofield así descarta el Evangelio del Reino del mensaje presente de salvación manifestando que el Evangelio Cristiano se trata ahora sólo de la muerte expiatoria de Jesús y Su resurrección. De esta manera Jesús es cortado de Su propio Evangelio que El predicó. Bien podemos observar que el truco maestro de Satanás es separar a Jesús de Su enseñanza. Uno puede proclamar a “Jesús” con toda seriedad, ¿pero puede el Jesús verdadero ser dado a conocer aparte de Su Evangelio y enseñanza completa? Jesús supo bien el peligro que representaba predicar la “fe en Jesús” sin realmente informarle al público acerca de las “palabras de Jesús”. Sólo aquellos cuya fe está fundada en la roca sólida de la enseñanza /evangelio de Jesús están en tierra sólida (Mat. 7:24-27; Mar. 8:35-38; y ver todo el Evangelio de Juan con su constante insistencia en la palabra /palabras / enseñanza de Jesús).

La incertidumbre acerca del Evangelio Cristiano no es sorprendente cuando semejante evidente lectura errónea de la Biblia se forja en un sistema con una influencia masiva en los púlpitos y en la literatura Cristiana. Seguramente las palabras de Pablo en Hechos 20:24, 25 deberían descartar la distinción artificial propuesta por el Diccionario de la Biblia y la Biblia de Scofield. Pablo evocó su carrera y reparó en que él había “terminado su carrera, el ministerio que recibí del Señor Jesús para dar testimonio solemnemente del Evangelio de la gracia de Dios para todos ustedes entre quienes pasé predicando el Reino”. Claramente no hay diferencia entre el Evangelio de la gracia y el Evangelio del Reino. Es cierto, claro está, que Jesús inicialmente no predicó Su resurrección como parte del Evangelio. La muerte y la resurrección de Jesús fueron más tarde elementos críticos en la proclamación de Pablo. Ellos, sin embargo, no reemplazaron la predicación del Reino, el cual permaneció tanto como el corazón de Evangelio de Pablo tal como había sido el centro del propio Mensaje de Jesús.

Cuando Jesús se embarcó en su intensiva campaña evangelizadora en Galilea aproximadamente el de 27 dC, él convocó a Su audiencia para un cambio de parecer radical basado en la creencia nacional de que Dios iba a conducir el Reino mundial prometido por Daniel y todos los profetas. La creencia inteligente en la promesa del Reino es el primer paso del discípulo, acoplado con un viraje importante en U en el estilo de vida. De este modo los hombres y las mujeres se pueden poner en línea ellos mismos con el gran propósito de Dios para la tierra.

La naturaleza de la actividad de Jesús fue aquel de un heraldo haciendo un anuncio público en nombre del único Dios de Israel. El empuje del Mensaje fue que cada individuo debería emprender una redirección radical de su vida ante la certeza del Reino venidero de Dios. Esto fue, y aún lo es, la esencia del Evangelio Cristiano. ¿Cómo puede ser de otra forma, cuando es el mensaje del Evangelio que viene de los labios de Cristo Mismo?

Es cuestión de sentido común reconocer que usando la frase “reino de Dios” Jesús habría evocado en las mentes de Su audiencia, empapados como estaban en la esperanza nacional de Israel, un gobierno mundial divino en tierra, con su capital en Jerusalén. Esto es lo que el Reino de Dios ciertamente habría significado para Sus contemporáneos. Las escrituras de los profetas, las cuales Jesús como judío reconoció como la Palabra de Dios divinamente autorizada, habían unánimemente prometido la llegada de una nueva era de paz y prosperidad. El Reino ideal dominaría por siempre. El pueblo de Dios sería victorioso en una tierra renovada. La paz se extendería a lo largo del globo.

Así, anunciar la llegada del Reino involucró ambos una amenaza y una promesa. Para aquellos que respondieron al Mensaje creyéndolo, y consecuentemente reordenando sus vidas, había una promesa de un lugar en las glorias del gobierno divino futuro. Para el resto, el Reino amenazaría destrucción, cuando Dios ejecute juicio en cualquiera no hallado digno de entrar en el Reino cuando éste llegue. Este tema gobierna todo el Nuevo Testamento. En la luz de este concepto primario, la enseñanza de Jesús llega a ser comprensible. Es una exhortación para ganar la inmortalidad en el Reino futuro y escapar de la destrucción y de la exclusión del Reino.


jueves, 16 de abril de 2009

EL DÍA DE JEHOVÁ O EL DÍA DEL SEÑOR



La opinión del Dr. Javier Rivas Martínez (MD)


«Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta…» (Ap. 1:10).

Algunos expositores teológicos consideran que en este texto Juan se está refiriendo en la locución «En el Día del Señor» (en ho kuriakos hemera, gr.) al día domingo en el que recibió la visión apocalíptica de «las cosas que deben de suceder pronto» (Ap.1:1). Esto no puede ser, porque bíblicamente el día domingo es menionado como «el primer día de la semana», como veremos en los siguientes textos:

«El primer día de la semana, María Magdalena fue de mañana, siendo aún oscuro, al sepulcro; y vio quitada la piedra del sepulcro» (Jn. 20:1).

«Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros» (Jn. 20:19).

«El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta la medianoche» (Hech. 20:7).

«Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas» (1 Co. 16:2).

No fue sino hasta después que el Nuevo Testamento quedó escrito (Se ha dicho que a finales del siglo I y a principios del II siglo, la colección del Nuevo Testamento variaba de una Iglesia a otra, aunque se estipula que para la última parte del siglo II el reclutamiento de los libros que lo conformaban era casi el mismo en Oriente que en Occidente) cuando se aplicó el término «EL Día del Señor» para designar el día domingo con la finalidad de celebrar el triunfo de Cristo sobre la muerte en su resurrección (1 Co. 15:54-55), que festeja la Nueva Creación de Dios en Cristo (Ro. 8:17-23), que se centra en el glorioso Reinado Venidero Milenial (Ap. 20: 4, 6), y en el que serán coherederos juntamente con el Mesías y Rey (Ro. 8:17) todos aquellos que habrán de hacerse partícipes de la naturaleza divina (2 P. 1:4), ya sea en su resurrección o en su transformación gloriosa, en el caso de esto último, si es qué viven en el manifiesto de la Parusía (Lc. 21:27; 1 Ts. 4:16-17).

Un ejemplo fuera de las Escrituras del siglo II en el que se menciona «El Día del Señor» como el día domingo, lo encontramos con Ignacio de Antioquía, discípulo del apóstol Pablo:

«Los que vivían según el orden de cosas antiguo han pasado a la nueva esperanza, no observando ya el sábado, sino el día del Señor (domingo) en que nuestra vida es bendecida por Él y por su muerte» (Ignacio de Antioquía, a los Magnesios 9:1).

«En el día del Señor reuníos y romped el pan y haced la Eucaristía, después de haber confesado vuestros pecados, a fin de que vuestro sacrificio sea puro» (La Didaché de los Apóstoles, cap. 14:1, escrita entre el 65 y 80 d. C.).

Se tendrá en cuenta que la expresión «del Señor» es una traducción del vocablo «kyriakê», un adjetivo griego que significa «imperial». Puede ser que esta palabra esté involucrada con el día de la autoridad suprema de Dios a través de Jesucristo, cuando venga éste al mundo a gobernarlo con esplendor y largura de días, con poderosa vara de hierro (véase Sal. 2; Is. 9:7; Zac.14:9; Mt. 25:31; Ap. 2:26-27), entre otras cosas.

«El Día del Señor» es la expresión novo testamentaria que corresponde a «El Día de Jehová» del Antiguo Testamento, y por lo que veremos, será un día de juicio, de oscuridad, de tinieblas y desolación, y por su naturaleza, escatológico:

«El Día de Jehová» en el Antiguo Testamento:

« ¡Ay de los que desean el día de Jehová! ¿Para qué queréis este día de Jehová? Será de tinieblas, y no de luz…» (Am.5:18).

«Tocad trompeta en Sion, y dad alarma en mi santo monte; tiemblen todos los moradores de la tierra, porque viene el día de Jehová, porque está cercano. Día de tinieblas y de oscuridad, día de nube y de sombra; como sobre los montes se extiende el alba, así vendrá un pueblo grande y fuerte; semejante a él no lo hubo jamás, ni después de él lo habrá en años de muchas generaciones» (Jl. 2:1-2).

«Porque día de Jehová de los ejércitos vendrá sobre todo soberbio y altivo, sobre todo enaltecido, y será abatido… (Is. 2:12).

«He aquí, el día de Jehová viene, y en medio de ti serán repartidos tus despojos » (Zac.14:1).

«El Día del Señor» en el Nuevo Testamento:

«Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche; que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán» (1 Ts. 5:2-3).

«…que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca» (2 Ts. 2:2).

« Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas» (2 P. 3:10).
Modificación del hebreo al griego:

No existe diferencia alguna entre «El Día de Jehová» del Antiguo Testamento y «El Día del Señor» del Nuevo Testamento, porque Pedro en Hech. 2:20 utiliza el texto profético de Jl. 2:31 donde se ha modificado la frase «El Día grande y espantoso de Jehová (Jehová: Ieue, Yahweh) » por la de «El Día del Señor, grande y manifiesto», es decir, la expresión hebraica «ium ieue e- gdul u- e- nura » por la griega del texto original que es «hemera kurios ho mega kai epiphanes»:

Veamos:

«El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día grande y espantoso de Jehová» (Jl.2:31).

«El sol se convertirá en tinieblas, Y la luna en sangre, antes que venga el día del Señor, Grande y manifiesto…» (Hech. 2:20).

«El Día del Señor», va más allá del milenio. En 2 P. 3:10, el apóstol refiere que en «El Día del Señor (hemera kurios, gr.) los cielos pasarán con terrible estruendo, que los elementos serán desechos, y que la tierra y sus obras que están en ella serán quemadas además» (véase Ap. 20:11, texto que alude este hecho posmilenial: «De delante del cual huyeron la tierra y el cielo»: hou apo prosopou ephugen he ge kai ou ouranos, gr. Lo perecedero de la materia en una enseñanza mostrada en el AT: Sal. 97:5; 102:27; Is. 56:6). El propósito de este acontecimiento es para dar paso a un nuevo orden universal de fundamento divino: la aparición de nuevos cielos y nueva tierra, en que la justicia divina será eterna norma. Es evidente el carácter cosmológico de «El Día del Señor» (véase también Is. 66:22; 2 P. 3:13; Ap. caps. 21, 22).

«El Día de Jehová» o «El Día del Señor» involucra el juicio de las naciones después de que finalice la gran tribulación escatológica. No hay nada en la Biblia que nos muestre que ese «Día» tenga alguna afinidad con la gran tribulación final. Los prodigios en el cielo y en la tierra, el fuego, y las columnas de humo, son fenómenos sobrenaturales de parte de Dios que se darán en la gran tribulación final, «antes que venga el día grande y espantoso de Jehová», de acuerdo a Jl. 2:31.

El oscurecimiento del sol y el enrojecimiento de la luna son fenómenos celestes que preceden la venida de Cristo y la manifestación de «El Día del Señor»:

«E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas. Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria» (Mt. 24:29-30).

Por lo tanto, se puede inferir de modo correcto, que «El Día de Jehová» o «El Día del Señor», según Jl. 2:31 y Hech. 2:20, no vendrá sino antes de la conmoción cosmológica que afectará con visible claridad la luna y el sol, un poco después «de la tribulación de aquellos días», la grande, la final; en ese momento Cristo entonces aparecerá ante los hombres en gloria y en poder para descender en el Monte del Olivet (Zac. 14:4). Después, juzgará con equidad en su trono las naciones de la tierra (véase cap. 25 de Mt.).

El juicio de las naciones es ya antes mencionado en el Antiguo Testamento por profeta Joel. Dicho juicio se efectuará en el «valle de Josafat» (el Señor es el Juez), que formaba parte del valle de Cedrón, llamado también «el valle de la decisión», lugar futuro del veredicto judicial y final de parte de Dios para todos los pueblos del mundo (véase además: Jl. 3: 1-2):

«Despiértense las naciones, y suban al valle de Josafat; porque allí me sentaré para juzgar a todas las naciones de alrededor. Echad la hoz, porque la mies está ya madura. Venid, descended, porque el lagar está lleno, rebosan las cubas; porque mucha es la maldad de ellos. Muchos pueblos en el valle de la decisión; porque cercano está el día de Jehová en el valle de la decisión, lugar del veredicto final de parte de Dios para todos los pueblos del mundo» (Jl.3:12-14).

«El Día del Señor» es un concepto definido sin artículo. «Manifiesto» (epiphane, gr.), que viene de la raíz epifanía (epiphaneia, gr.), palabra empleada para la segunda venida de Cristo, para el caso, como Juez (véase: 2 Ts. 2:8; 1 Ti. 6:14; 2 Ti. 4:1; Tit. 2:13). Aquí es la traducción del término hebreo «espantoso». Está relacionado con el juicio terrenal de las naciones del mundo, no hay nada en la Escrituras que afirme o diga que los juicios de la gran tribulación final, simbolizados por siete sellos, por siete trompetas y siete copas estén involucrados en este trascendente e importante «Día», de eternas y patéticas consecuencias para los infieles:

«Porque he aquí que en aquellos días, y en aquel tiempo en que haré volver la cautividad de Judá y de Jerusalén, reuniré a todas las naciones, y las haré descender al valle de Josafat, y allí entraré en juicio con ellas a causa de mi pueblo, y de Israel mi heredad, a quien ellas esparcieron entre las naciones, y repartieron mi tierra; y echaron suertes sobre mi pueblo, y dieron los niños por una ramera, y vendieron las niñas por vino para beber» (JL.3:1-3).

«Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartarálos unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles» (Mt. 25:31-41).
Así sea.

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EL MITO DEL JESÚS ZEUS




Una de las acusaciones comunes en contra del nombre Jesús en el movimiento del Nombre Sagrado es que la forma Griega IhsouV (pronunciada Iesus), del cual se derivada finalmente el nombre castellano "Jesús", es una corrupción Griega que invoca a Zeus. La discusión principal en apoyo de esta aseveración es la similitud en el sonido entre la última sílaba de la forma castellana "Je-sús" y el sonido del nombre Zeus. La teoría es propuesta en un número de publicaciones del Nombre Sagrado incluyendo el diccionario al final de las Escrituras, una versión "restaurada" de la Biblia publicada por el así llamado Instituto para la Investigación de la Escritura, y el éxito editorial las Costumbres Fosilizadas "de Lew White.


Cito de Las Costumbres Fosilizadas. p.18 donde Lew White, en aparente aprobación, cita de un libro llamado Diccionario de Tradición y Leyenda Cristiana por J. C. J. Metford:

"Se sabe que los nombres Griegos que terminan en sus, seus, y sous, (que son pronunciaciones fonéticas para Zeus) fueron aplicados por los Griegos a nombres y áreas geográficas como una manera dar honor a su deidad suprema, Zeus. Ejemplos son…Parnaso (Parnassus en inglés, una montaña sagrada en Grecia; La deidad Griega del vino y el hijo de Zeus, Dionisio (Dionisius, en inglés); El héroe Griego de la Guerra Troyana fue Odiseo (Odysseus, en inglés). Hay un montón de otras palabras Griegas que terminan con "sus" como la ciudad de Tarso (Tarsus en inglés) que significa ("sudor de Zeus") y Pegaso (Pegasus en inglés).

La anteriormente cita también aparece en el libro Las Escrituras, una versión "restaurada" de la Biblia publicada por el así llamado Instituto para la Investigación de la Escritura. Antes de que nos veamos un poco más cerca a las afirmaciones anteriormente citadas, primero veamos cómo es pronunciado el nombre Zeus en Griego, porque, después de todo, son los Griegos los que están supuestos haber complicado todo completamente. En inglés Zeus es pronunciado como "züs" porque la - eu toma el sonido de - u o el sonido de uno -oo como "zoológico".

En Griego, sin embargo, el nombre Zeus está escrito y es pronunciado como "Zefs" (con una e firme y un sonido fuerte) como sigue:

Z Suena como la - z de zapato
e Suena como - e de eso
u Suena como la – u de uno
V Suena como la - s en salsa

Ahora, puedo oírle pensando, ¿cómo podría en el mundo la letra "u" sonar como una "f". Es muy simple. En el Griego cuando la letra ""u"" sigue a la letra ""e" o la letra ""a"" suena como una "f" o como una "v" (a menos que dos puntos sean colocados encima de ella como éste: ϋ). Esta combinación eu o au es llamado un diptongo y es una de las reglas más simples de pronunciación en el lenguaje Griego. Cada Griego lo sabe.

Además, mientras la letra s en español puede sonar casi como una z como en el caso con la primera ‘s’ en la palabra Jesús, en el Griego –s/V siempre tiene una pronunciación suave claramente distinguible del sonido de la z. Otra vez, ésta es una regla muy simple de pronunciación Griega de la que cada Griego está al tanto.¡Si usted juntara los dos pedazos de información de arriba se hace evidente que en el lenguaje Griego ZeuV y IhsouV no suenan del mismo modo en absoluto!
.

ZeuV tiene un fuerte sonido de la z; Un sonido fuerte de la e; y un sonido claro de la f; todo de lo cual falta en IhsouV.


IhsouV Tiene un sonido suave; Y un sonido de la u (ou en Griego concuerda con el español - u y es pronunciada como la u de unidad); Ambos de los cuales falta en ZeuV.

¡De hecho, la única similitud de sonido entre las dos palabras en Griego es el sonido final de la s, lo cual resulta ser el final más común en el idioma Griego!

Ahora, una palabra acerca de la ‘s’ final y la cita que di arriba del libro Costumbres Fosilizadas. ¿Es cierto que los Griegos sumaron a nombres que terminan en sus, seus o sous para hacerles sonar como a Zeus? La respuesta es un rotundo NO. La persona que escribió esto (y aquellos que los citan) obviamente saben poco del lenguaje Griego.

Ante todo, algunos de los nombres a los que él se refiere como Parnaso y Tarso No son aun Griego. ¡Cada lingüista Griego digno de respeto sabe que a la toponimina y las palabras Griegas que terminan en ‘sus’ como a Parnaso (parnasus en inglés), son de hecho pre-Griegas, o sea estaban funcionando antes de que los Griegos llegaran y antes de que Zeus viniera en la escena!


En segundo lugar, Parnaso (parnasus en inglés), Tarso (Tarsus en inglés), Odiseo (odysseus, en inglés), pegaso (pegasus, en inglés) y las otras palabras a las que él se refiere como los ejemplos de finales parecidos a Zeus, en el Griego no terminan en sus, eus o sous.

Parnaso (Parnasus, en inglés). En Griego es deletreado y pronunciado como Parnassos.

Tarso (Tarsus, en inglés). ..Es deletreado y pronunciado como Tharsos.

Odiseo (Odysseus, en inglés) es deletreado y pronunciado como Odysseas.

Pegaso (pegasus, en inglés) es deletreado y pronunciado como Pegasos.

Es evidente que ninguno de estos, o cualquiera de los demás que él menciona suena o se parece a la pronunciación Zefs que vimos arriba, es la forma que los Griegos pronunciaron Zeus.


Finalmente, es digno de notar que cualquier sugerencia de que la ‘s’ final en la palabra Jesús se agregó para hacer que el nombre sonara más como el nombre Zeus es una pura mentira. La letra ‘s’ es simplemente el final más común no sólo de nombres masculinos sino que también de sustantivos masculinos en general, y también de adjetivos y pronombres. Su propósito no es recordarles a las personas de Zeus sino simplemente facilitar la variación de la declinación (variación de la forma del sustantivo, adjetivo, pronombre, o verbo).

Hemos visto arriba que en el lenguaje Griego no hay similitud de sonido u ortografía entre Zeus y Jesús. Alguien que sabe aun un poco de Griego conoce esto. La pregunta por consiguiente que se levanta es ésta: Si no hay similitud en Griego entre Zeus y Jesús, ¿por qué hacen esta asociación J. Metford, Lew White, el Instituto para Investigación de la Escritura y muchos maestros del Nombre Sagrado? ¿Por qué persiste este mito entre los grupos del nombre Sagrado?


Hay dos opciones. Ya sea estas personas saben que la asociación no es válida pero prefieren usarla puesto que satisface sus propósitos, en cuyo caso manifiestamente mienten; O, no saben casi nada acerca del idioma Griego. Me gustaría pensar que las personas del nombre Sagrado son lo suficientemente honestas para no mentir. Esto nos deja sólo la segunda opción, a saber, que no saben casi nada acerca del idioma Griego.

Esta ignorancia de su parte no es excusable. Cuando dicen que el nombre que Jesús está relacionado con Zeus, es una acusación muy seria. Ellas deberían hacer alguna investigación SERIA antes de que hagan tal afirmación. Digo, ¿acusaría alguien a su vecino de robar un millón dólares si él no tuviese alguna evidencia sólida para respaldar la acusación? Si nosotros no nos atrevemos a radicar una acusación y condenar a los humanos asociados sin una prueba tangible, ¿cómo pueden hacer tales reclamos acerca del nombre del Salvador sin primero hacer alguna investigación básica?


El hecho que el así llamado Instituto para la Investigación de la Escritura también regurgite este mito hace una farsa del reclamo de que ellos son un Instituto de Investigación. Digo, ¿qué clase de investigación hicieron en este asunto? ¿Se molestaron aun en preguntarle a un griego acerca de eso? ¿Inspeccionaron para ver la pronunciación Griega? Cualquier Griego les pudo haber dicho qué tan tonta es la aseveración. Realmente, ¿qué clase de investigación hicieron antes de publicar tal basura?

Una de las cosas que aprendí desde la infancia es que la verdad puede pasar por la prueba del escrutinio. Los invito a las buenas personas involucradas en el movimiento del nombre Sagrado a estudiar bien antes de publicar tales acusaciones superfluas y tontas porque al fin, no es sólo su registro que deslustran; también cargan al hombro la responsabilidad por los pobres almas que conducen al engaño.