Datos personales

Médico Internista e Intensivista, y estudioso de las Santas Escrituras (La Biblia), y un predicador incansable del verdadero monoteísmo bíblico, y sobre todo, del mensaje o evangelio del Reino de Dios, que es la única esperanza que tiene este mundo para sobrevivir a su destrucción total.

miércoles, 14 de enero de 2009

EL REINO DE DIOS Y SU JUSTICIA





(Mateo 6:33)
.


Por el Dr. Javier Rivas Mtz (MD)
.


Como cristianos, tenemos necesidades como todo el mundo. Nadie está exento de ellas: Debemos comer, vestirnos, necesitamos teléfonos para comunicarnos, un techo para resguardarnos, requerimos abrigo corporal, zapatos para caminar, para no lastimarnos de las asperezas del suelo, por lo menos huaraches; medios para trasportarnos a cualquiera lugar que sea de manera práctica y cómoda, requerimos dormir para restaurar fuerzas y energías para seguir adelante, y de tantas cosas materiales que suplen nuestros apuros básicos; pero, ocasionalmente, la necesidad se hace un lujo y eso no entona con el carácter del de Arriba. Pablo dice que debemos estar contentos con lo que tenemos (1 Tim.6:8), más de eso, ya no procede para bien, porque caemos en los campos de la vanidad consecuente ya que es pecado para Dios. No sólo eso, dice que el amor al dinero es causa de todo mal (1 Tim.10); y no confundáis al dinero como una calamidad en sí, sino que Pablo especifica que «tener amor al tal», es principio esencial de mucha destrucción. En el Salmo 73, Asaf narra que sus pasos casi resbalaron por consentir envida para con los ricos seglares, pero pudo darse cuenta, al reflexionar en las bondades y en el justo juicio de Dios, al entrar en su santuario (La Oración y su Palabra), cual era el fin de todos ellos. Aún con todas sus riquezas, poco habría de servirles para ser aprobados por el Señor para vida sempiterna, c osa contraria ocurre con el l verdadero cristiano libre en la Palabra Santa que no necesita de posesiones ni riquezas para agradar a Dios.
.

El mundo ofrece más de lo necesario, y aún los cristianos nos vemos a ser tentados a su seducción al perder la sensatez y la sobriedad de la medida. La televisión está plagada de anuncios publicitarios lucrativos astutamente preparados para envolver psicológicamente a las incautas víctimas y de esa manera desembolsarlas olímpicamente, que prefieren morirse de hambre y atiborrarse de deudas con tal de presumir sus avanzados teléfonos celulares y el auto nuevo que compraron, que solamente Dios sabrá, cómo los habrán de pagar. El cristiano obligadamente tiene que discernir en la maldad promocional mercantil del sistema del mundo, que se encuentra al otro lado de la raya de los anunciados santos, porque al envolverse en su medio, se hace partícipe con el mundo constituyéndose enemigo de Dios (Stg. 4:4): Lo material por una vida espiritual que surge de la Palabra de Dios. Se promocionan por los medios informativos cosas fatuas y vaporosas, que son atractivas para la mente humana que es carnal. El Baal moderno del consumismo desequilibrado, no sol resulta un imán para los inconversos, sino tambien para muchos cristianos con marcadas tendencias horizontales (terrenales). Si usted tiene su carrito viejo, pero servible, no sea tentado a pensar envidiosamente en: « ¡Qué daría por tener ese auto nuevo como el del vecino!», que es mundano hasta las cachas y el sombrero.
.
Conténtese con lo que Dios le ha dado, hermano. Yo le pregunto a usted, ¿Es mejor tener todo lo qué el mundo ofrece por la valiosísima misericordia de Dios mostrada por medio de Jesucristo para vida eterna sin tener nada? ¿Tendrá provecho ganar todo el mundo sin Dios? Cuando uno piensa como en el ejemplo del anhelo del auto nuevo, seguramente deberá estar pasando en el corazón del creyente algo muy terrible. Aquí yo sólo veo carnalidad y nada de espiritualidad. Nada de Biblia, mucho mundo. No creo que Dios esté contento con semejante manera de pensar terrenal. Como escribió el apóstol en cierta carta: Ocupémonos de nuestra salvación con temor y temblor.
.
Busquemos con denuedo el reino de Dios y su justicia primero (Mt.6:33), porque Dios sabe de lo que necesitamos (Mt.6:32), sin dejar de pedir, en el orden de la buena medida, por el pan nuestro de cada día, (Mt.6:11). Para terminar, concluyo con siguientes textos relacionado con lo antes dicho:
.

«Si pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, y no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida esta escondida con Cristo en Dios» (Col.3:1, 2).
.

Dios les bendiga siempre, hermanos y amigos míos.