No voy a encarar el tema de los niños y la watchtower por el lado de los cumpleaños o de las fiestas “paganas”. Si bien es verdad que la no participación de estas costumbres muchas veces entristece a los niños considero que hay cosas que afectan más profundamente y directamente en la psicología del niño Testigo de Jehová.
Los niños y el armagedón:
Los niños y el armagedón:
Los niños (0 a 6 años) emocionalmente no conciben la idea de la muerte en su cabeza con el significado real, para ellos todo es eterno, lo que se rompe se arregla y lo que se pierde se encuentra. Para ellos la muerte es un fenómeno pasajero y reversible. Sus juegos de hecho, traducen este concepto. El soldadito de plástico que ha muerto por un disparo “revive” súbitamente, en perfecto estado de salud, o la muñeca “muerta” es tocada por una varita mágica que la hace renacer, para dar algunos ejemplos.
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A veces los niños al ver un animal muerto se pueden preguntar si puede sucederle “eso” a él o a algún familiar. Hay que impulsarle a preguntar sobre ello y la mejor respuesta ante eso es: “las personas nos morimos cuando somos muy muy muy muy viejos” Insistir en el muy es relevante, porque implica que la mayoría de seres vivos gozan de larga vida y llegan a la vejez satisfechos. En su orden del mundo mental, esto tiene que quedar claro para vivir tranquilo y que se desarrolle psicológicamente bien.
¿Qué pasa con los niños criados dentro de la Watchtower?
El niño” mama” de la congregación las siguientes palabras: “destrucción, inicuos, mundo, Armagedón, muerte, guerra de dios, muertos, etc”. En su cabeza se grava todo esto mediante discursos, estudio de familia, ilustraciones, DVDs etc.. Creen que hay algo que los matará a todos y que viene pronto. Si bien uno puede enseñarle que vendrá el paraíso y omitir el tema de la muerte masiva, todo el material de la Wachtower no se filtra para los niños. Esto le genera un estado, de ansiedad y tristeza, de que nada es para siempre, de que en cualquier momento todo va a cambiar y mucha gente morirá. Esto es en el caso de los niños muy chiquitos. ¿Se imagina estimado lector el daño que hace esa sola idea?
Recuerdo personalmente que a mí me afligía mucho la idea de que Armagedón matara a mis amigos de la niñez. Me daba mucha pena que mis primos muriesen por ejemplo. Esa era mi tristeza porque era lo que yo recibía como verdad absoluta. Y como todos sabemos, para los hijos la palabra de sus padres “es santa”. Yo lo aceptaba y trataba de resignarme rogando que Armagedón no viniese todavía.
Ni hablemos cuando uno de los padres no es Testigo de Jehová. El niño piensa y cree que su padre o madre será destruida en Armagedón porque éste o ésta no es Testigo de Jehová. Juro que se le enseña eso. No hace falta ser psicólogo para pensar en el grandísimo daño que le hace eso a una criatura que siente “terror” de perder a uno de sus padres.
Los niños y las amistades:
El niño precisa estrechar amistades, jugar mucho, pertenecer a un grupo de amigos, tener esa camaradería que los hará crecer emocionalmente. Sin embargo, el círculo de amigos del niño TJ se hace estrecho, ya que su contacto social se limita al grupo o congregación solamente. Los padres Testigos de Jehová normalmente no quieren que sus hijos se junten o jueguen con niños “mundanos”. Este ocasiona que el chico vea con malos ojos a los niños no TJ. Dependiendo del niño puede volverse retraído o temeroso. Al niño testigo le cuesta cada vez más enfrentar reuniones grupales o actividades “extracurriculares”, por el simple hecho de que recibe una visión condicionada de la gente no TJ. El niño siente que no pertenece a ningún grupo, se siente solo o diferente frente a otros niños que no son de su religión. No pertenece a ningún grupo, salvo en la congregación. Solo Dios sabe el gran daño que ocasiona cortar el contacto social de los niños.
Los niños y la recreación:
Todos los niños precisan jugar y crecer como “niños”. El juego además de estimular su mente, estrecha los vínculos con sus padres y les brinda un sentido de protección y felicidad. Lamentablemente los niños TJ a veces se crían casi como adultos, tienen muy poca recreación ya que la vida como TJ obliga a toda la familia a estar ocupada todo el tiempo. Es por eso que muchas veces encontramos niños TJ que parecen androides de otro planeta, se le ha mutilado su niñez. Los padres exigen que el niño se comporte como ellos y que disfrute de las mismas actividades que ellos. Si el padre no tiene un poco de sentido común y es un Testigo de Jehová aplicado o fanático puede hacer un gran daño.
Estimado lector, si usted es Testigo de Jehová piense en sus hijos y en como repercutirá su estilo de vida sobre él. Piense de paso también como está repercutiendo las doctrinas de la Watchtower sobre su propia vida. ¿Es realmente feliz? ¿Tiene contradicciones su conciencia? Quizá haya algo que pueda hacer, solo reflexione.
Abrazo!W.B.