“¡Mira! El nombre de Jehová viene de lejos, ardiendo con su cólera y con nubes pesadas…Y Su espíritu es como un torrente inundante que llega hasta el mismo cuello….”
Isa 30:27-28
1. Cristo: aunque aparece como parte del nombre de Jesús a través del NT, en realidad no es un apellido, sino un titulo. Proviene del hebreo mashíakj [mesías], koiné griego[1] Kristos y vía latín, Christus. Todos tienen el significado de “ungido”.
La palabra de ungido, a su vez, era el título calificativo que los judíos aplicaban a sus sacerdotes [Lev 4:3, 5,16; 6:15, 22]. Al Rey le llamaban “el ungido de Jehová”, porque en el momento de recibir la investidura real era “ungido”, es decir, un sacerdote derramaba sobre su cabeza aceite consagrado[2]. ¡Aun el rey pagano Ciro es llamado el “ungido” de YHWH en Isa 45:1! Pero en este contexto parece funcionar solo como el “escogido de YHWH”.
Note que es un profeta el que consagra al primer rey de Israel. Es decir, que la realeza Israelita aparece desde el comienzo vinculada al profetismo. Así se quiere dar a entender que dicha institución debía estar al servicio del pueblo de Dios. En adelante, los profetas reconocerán la autoridad y la misión del rey (cf. 2 Sam 7), pero no por eso dejarán de reprocharle sus abusos e injusticias [cf. 2 Sam 12.1-14; 1 R 18.1-19; Jer 22.1-12]. La unción con el aceite sagrado, al mismo tiempo que establecía un vínculo particular entre Dios y el "ungido", significaba la elección divina y consagración formal para el desempeño de un cargo o función (cf. Lev 8.12). La unción confería el don del espíritu (v. 1 Sam 10:10; cf. 1 Sam 16:13), es decir, la fuerza y la competencia para el cumplimiento de esa oficina.
Los seguidores de Jesús, considerándolo como el Mesías prometido de las profecías judías [Juan 1:43-51; Rom 15:8], le aplicaron este título a su líder, llamándole Cristo Jesús o Jesucristo [Mat 1:16; 16:16, 20; Luc 2:11, 26; John 4:25-26].
De acuerdo a Dan 9:25 y Sal 2:2, este título designaba a un futuro salvador [como el ungido de Dios] para ser Rey y Redentor de su pueblo [Luc 23:2, 35, 37]. En Jesús las oficinas de profeta, sacerdote y rey fueron asumidas cuando Dios lo levanto mucho más que todos sus “asociados” [Heb 1:9].
No hay ninguna indicación que el titulo de mashíakj [mesías] era un titulo designando al mismo Dios.
[1] “lengua común”: variante de la lengua griega utilizada en el mundo helenístico, es decir, en territorios históricos que adquieren señas de identidad a partir de las conquistas de Alejandro Magno.
[2] 2 R 11.12; cf. 1 Sam 10.1; 12:3, 5; 16.13; 24:6, 10; 26:9, 11, 16, 23; 2 Sam 1:14, 16, 21; 2 Sam 19:21; 22:51; 23:1; Sal 18:50; 20:6; 28:8.
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