Los preteristas afirman que la destrucción de Jerusalén tomó lugar durante el reinado de Vespasiano, y que “ésta resultó en la audiencia del Hijo del Hombre ante el Anciano de Días tal como es hallado en Daniel 7.13,14, y recibiendo un reino y dominio que no pasaría o que no sería destruido. Vea abajo mientras damos una explicación del pasaje en Daniel 7. Esto no podría posiblemente corresponder a nada de lo que ocurrió en el primer siglo. Ante todo, Jerusalén tenía que haber sido el cuartel general de Jesucristo en la tierra desde el año 70 dC, y el milenio debería haber sido ya instituido en ese momento.
Eso no ocurrió. Todas las naciones de mundo debieron estar bajo el dominio de Cristo, Sus apóstoles, y la iglesia. Pero esto no ocurrió. Me doy cuenta de que los preteristas parciales usan el argumento de que todavía creen en una futura segunda venida del Señor más tarde, y que ven la “venida” de Cristo del año 70 DC como una venida invisible del Señor “en juicio”. Pero ellos usan esta manufacturada “venida invisible del Señor “en juicio” como una chaveta para congelar muchos de los acontecimientos proféticos del tiempo del fin, que ellos conectan con esta así llamada “venida invisible”. Si ellos ciertamente creen en un futura segunda venida, entonces deberían admitir que Mateo 24.29-31 vincula esta venida del Señor con la conclusión del Gran período de Tribulación. La Biblia dice que “inmediatamente después de la tribulación” la señal del Hijo del Hombre (aparecerá) en el cielo (vs. 30). Y así, es incorrecto substituir una “venida invisible” artificial “en juicio” en este punto en Mateo 24. La venida que se ubica inmediatamente después de la tribulación es la segunda venida que los preteristas parciales admiten que es aún futura. Esta conexión hace imposible que la tribulación haya ocurrido en el Año 66-70 DC.