Por Ingº Mario A Olcese (Apologista)
“Y los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan á justicia la multitud, como las estrellas á perpetua eternidad” (Daniel 12:3)
El Resplandor del Hijo de Dios
La Biblia nos dice que Jesús tenía su resplandor: “El cual (Jesús), siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder” (Heb. 1:3). Así que Jesús es el resplandor de la gloria del Padre, y con ese resplandor regresará a la tierra para destruir a sus enemigos. Dice Pablo: “Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida (2 Tim. 2:8). Este resplandor de Jesús que excede a la del sol, fue visto por Pablo en el camino a Damasco. Dice Hechos 9:3,4, así: “Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo; 4 y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?”. Y en el relato de su conversión, Pablo le dijo al rey Agripa exactamente lo mismo: “cuando a mediodía, oh rey, yendo por el camino, vi una luz del cielo que sobrepasaba el resplandor del sol, la cual me rodeó a mí y a los que iban conmigo. Y habiendo caído todos nosotros en tierra, oí una voz que me hablaba, y decía en lengua hebrea: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar coces contra el aguijón. 15 Yo entonces dije: ¿Quién eres, Señor? Y el Señor dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues“ (Hechos 26: 14,15).
La Transfiguración de Jesús y su resplandor
En Mateo 16:28, Jesús había anunciado la venida de su reino, y que algunos de sus discípulos no morirían hasta que lo hayan visto venir. Estas son sus palabras: “De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en su reino”. En los siguientes versículos (Mateo 17:1,2) leemos: “Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan su hermano, y los llevó aparte a un monte alto; 2 y se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz”. Jesús efectivamente cumplió su predicción 6 días después cuando separó a Pedro, Santiago y Juan para que subieran al monte y vieran su “venida” en su reino, en todo su resplandor.Esta maravillosa transfiguración de Jesús que lo hizo resplandeciente fue una visión temporal de su gloria en su futuro reino.
El futuro resplandor de los salvos
Jesús confirma lo que dijo Daniel, (“Y los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan á justicia la multitud, como las estrellas á perpetua eternidad”, Daniel 12:3), cuando escribió: “Entonces “Los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre: el que tiene oídos para oír, oiga” (Mateo 13:43). Entonces el reino de Dios hará posible que los salvos resplandezcan como el sol, que brillen y sean gloriosos a la vista de todos. El reino de Dios es la clave para tener una presencia resplandeciente como la que tiene Jesús actualmente. Pero para entrar al reino uno debe primero ser transformado o “transfigurado”. Un buen número lo alcanzarán en la resurrección, y otros, cuando vuelva Jesús en persona y los cambie en vida.
Jerusalén: la Resplandeciente
Tanto Jesús y su iglesia resplandecerán y harán de Jerusalén (la sede el trono de Cristo y de su iglesia, Mateo 5: 33-35). una ciudad igualmente resplandeciente: “Alegraos con Jerusalén, y gozaos con ella, todos los que la amáis; llenaos con ella de gozo, todos los que os enlutáis por ella; 11 para que maméis y os saciéis de los pechos de sus consolaciones; para que bebáis, y os deleitéis con el resplandor de su gloria” (Isa. 66:10,11). ¡Sí, algún día Jerusalén resplandecerá con la presencia de los justos!
Los impíos, en cambio, perecen en tinieblas:
“El guarda los pies de sus santos, Mas los impíos perecen en tinieblas; Porque nadie será fuerte por su fuerza” (1 Sam. 2:9)
“Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera: allí será el lloro y el crujir de dientes” (Mat. 25:30).
“¡Ay de ellos! porque han seguido el camino de Caín, y se lanzaron por lucro en el error de Balaam, y perecieron en la contradicción de Coré. 12 Estos son manchas en vuestros ágapes, que comiendo impúdicamente con vosotros se apacientan a sí mismos; nubes sin agua, llevadas de acá para allá por los vientos; árboles otoñales, sin fruto, dos veces muertos y desarraigados; 13 fieras ondas del mar, que espuman su propia vergüenza; estrellas errantes, para las cuales está reservada eternamente la oscuridad de las tinieblas“(Judas 1:11-13).
Hermano, ¿te estás “transfigurando” todos los días para mostrar tu luz resplandeciente a los hombres que andan en tinieblas espirituales a través de tu fe y conducta? Dice Jesús: “Porque en otro tiempo erais tinieblas; mas ahora sois luz en el Señor: andad como hijos de luz” (Efesios 5:8).
Sí, aunque tu resplandor será total como el sol en el reino de Dios, ahora puedes brillar con esa luz maravillosa para alumbrar a todos los hombres que andan en tinieblas. Si tú andas en tinieblas, entonces no tienes luz que proyectar, y simplemente te has convertido en un siervo inútil e incompetente. Debes vivir para iluminar a otros y no ser como los demás que andan en oscuridad o penumbras de muerte.
“Y los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan á justicia la multitud, como las estrellas á perpetua eternidad” (Daniel 12:3)
El Resplandor del Hijo de Dios
La Biblia nos dice que Jesús tenía su resplandor: “El cual (Jesús), siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder” (Heb. 1:3). Así que Jesús es el resplandor de la gloria del Padre, y con ese resplandor regresará a la tierra para destruir a sus enemigos. Dice Pablo: “Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida (2 Tim. 2:8). Este resplandor de Jesús que excede a la del sol, fue visto por Pablo en el camino a Damasco. Dice Hechos 9:3,4, así: “Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo; 4 y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?”. Y en el relato de su conversión, Pablo le dijo al rey Agripa exactamente lo mismo: “cuando a mediodía, oh rey, yendo por el camino, vi una luz del cielo que sobrepasaba el resplandor del sol, la cual me rodeó a mí y a los que iban conmigo. Y habiendo caído todos nosotros en tierra, oí una voz que me hablaba, y decía en lengua hebrea: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar coces contra el aguijón. 15 Yo entonces dije: ¿Quién eres, Señor? Y el Señor dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues“ (Hechos 26: 14,15).
La Transfiguración de Jesús y su resplandor
En Mateo 16:28, Jesús había anunciado la venida de su reino, y que algunos de sus discípulos no morirían hasta que lo hayan visto venir. Estas son sus palabras: “De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en su reino”. En los siguientes versículos (Mateo 17:1,2) leemos: “Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan su hermano, y los llevó aparte a un monte alto; 2 y se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz”. Jesús efectivamente cumplió su predicción 6 días después cuando separó a Pedro, Santiago y Juan para que subieran al monte y vieran su “venida” en su reino, en todo su resplandor.Esta maravillosa transfiguración de Jesús que lo hizo resplandeciente fue una visión temporal de su gloria en su futuro reino.
El futuro resplandor de los salvos
Jesús confirma lo que dijo Daniel, (“Y los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan á justicia la multitud, como las estrellas á perpetua eternidad”, Daniel 12:3), cuando escribió: “Entonces “Los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre: el que tiene oídos para oír, oiga” (Mateo 13:43). Entonces el reino de Dios hará posible que los salvos resplandezcan como el sol, que brillen y sean gloriosos a la vista de todos. El reino de Dios es la clave para tener una presencia resplandeciente como la que tiene Jesús actualmente. Pero para entrar al reino uno debe primero ser transformado o “transfigurado”. Un buen número lo alcanzarán en la resurrección, y otros, cuando vuelva Jesús en persona y los cambie en vida.
Jerusalén: la Resplandeciente
Tanto Jesús y su iglesia resplandecerán y harán de Jerusalén (la sede el trono de Cristo y de su iglesia, Mateo 5: 33-35). una ciudad igualmente resplandeciente: “Alegraos con Jerusalén, y gozaos con ella, todos los que la amáis; llenaos con ella de gozo, todos los que os enlutáis por ella; 11 para que maméis y os saciéis de los pechos de sus consolaciones; para que bebáis, y os deleitéis con el resplandor de su gloria” (Isa. 66:10,11). ¡Sí, algún día Jerusalén resplandecerá con la presencia de los justos!
Los impíos, en cambio, perecen en tinieblas:
“El guarda los pies de sus santos, Mas los impíos perecen en tinieblas; Porque nadie será fuerte por su fuerza” (1 Sam. 2:9)
“Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera: allí será el lloro y el crujir de dientes” (Mat. 25:30).
“¡Ay de ellos! porque han seguido el camino de Caín, y se lanzaron por lucro en el error de Balaam, y perecieron en la contradicción de Coré. 12 Estos son manchas en vuestros ágapes, que comiendo impúdicamente con vosotros se apacientan a sí mismos; nubes sin agua, llevadas de acá para allá por los vientos; árboles otoñales, sin fruto, dos veces muertos y desarraigados; 13 fieras ondas del mar, que espuman su propia vergüenza; estrellas errantes, para las cuales está reservada eternamente la oscuridad de las tinieblas“(Judas 1:11-13).
Hermano, ¿te estás “transfigurando” todos los días para mostrar tu luz resplandeciente a los hombres que andan en tinieblas espirituales a través de tu fe y conducta? Dice Jesús: “Porque en otro tiempo erais tinieblas; mas ahora sois luz en el Señor: andad como hijos de luz” (Efesios 5:8).
Sí, aunque tu resplandor será total como el sol en el reino de Dios, ahora puedes brillar con esa luz maravillosa para alumbrar a todos los hombres que andan en tinieblas. Si tú andas en tinieblas, entonces no tienes luz que proyectar, y simplemente te has convertido en un siervo inútil e incompetente. Debes vivir para iluminar a otros y no ser como los demás que andan en oscuridad o penumbras de muerte.
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